EL TEQUILA CONQUISTA EU
Más de la mitad de la producción mexicana va a ese país
CFrida Lara/México lemente nació en Guadalajara, Jalisco, la tierra tequilera por excelencia. Cuenta que cuando probó por primera vez esta bebida espirituosa fue en pleno festejo patrio de varios años atrás, pero ya viviendo en la Ciudad de México; dice que sintió el fuego atravesar sus entrañas, como si su tierra natal le reclamara el abandono. No entendía cómo sus compañeros y millones de mexicanos disfrutaban del tequila. “Mira el cuerpo del tequila, olfatea, toma un pequeño sorbo, enjuaga tu boca, pásalo, e inmediatamente después sopla”, fueron las instrucciones que le dio un amigo. Don Clemente las llevó a cabo como si fuera un ritual y todo fue diferente, su tierra ya no le reprochaba nada, todo lo contrario, sintió un abrazo nostálgico y una experiencia multisensorial que evocaba los sembradíos azules contrastantes con el rojo de la tierra.
Sin duda, el tequila es uno de los más grandes símbolos mexicanos, y de acuerdo con el Consejo Regulador del Tequila (CTR), durante 2016 se produjeron un total de 273 millones de litros, un aumento de 20 por ciento en comparación con los 228 millones de un año antes.
Al igual que don Clemente, un número significativo de paladares degustan tequila, especialmente en el mes de septiembre. Según el estudio Bebidas Alcohólicas en México, realizado por la empresa de consultoría Kantar Worldpanel, en el último año siete de cada 10 compradores de be- bidas alcohólicas prefirieron el tequila; en la lista le siguen los destilados y el brandy. “La industria crece porque el tequila está al alza en las categorías establecidas a escala mundial (whisky, ron, vodka, etc.). Aunado a lo anterior, la mezcla del tequila 100 por ciento de agave y tequila está cambiando. Cada vez se requiere más tequila 100 por ciento agave, lo que implica más valor en la región”, afirma Francisco Soltero, director de Planeación Estratégica y Asuntos Institucionales de la compañía Patrón Spirits México.
Las estadísticas del CRT sostienen que en los últimos 10 años, el agave tequilana weber —variedad azul que da origen al tequila— ha incrementado su demanda en 14.3 miles de toneladas como materia prima para hacer tequila 100 por ciento de agave. Además de ser una bebida representativa de México, es parte de una industria que da empleo —directa e indirectamente— a alrededor de 70 mil familias mexicanas. En su característica tierra roja, que otorga su denominación de origen (Guadalajara), se contemplan hasta 120 mil hectáreas en donde 338 agaves tequilana weber acunan el alma de la bebida más emblemática del país. Ahí, 7 mil 500 agaveros trabajan bajo el fuerte rayo del sol para jimar el corazón del agave, y así poder ofrecer en cada litro de tequila el alma de un estado cálido y alegre. “La primera vez que muchas personas prueban el tequila resulta no ser una experiencia grata porque no tiene una adecuada cultura de degustación. El tequila no es una bebida que se deba vulgarizar usándola para emborracharse rápido, hay que aprender a verlo como un elixir para el paladar más exigente con un contenido tanto ancestral como artesanal”, argumenta Margarita Islas, directora de ventas de la firma artesana Tequila de Corazón.