Denver se lleva duro juego
La defensiva de Denver está hecha para ganar juegos, aunque su ofensiva solo le dé 16 puntos. Así es como los Broncos le pegaron a los Raiders en un clásico de la División Oeste, donde los visitantes no solo salieron con una dolorosa derrota, sino con otro juego irregular y su quarterback lesionado.
Los Broncos castigaron al corredor Marshawn Lynch y enviaron al quarterback Derek Carr a los vestidores con una lesión en la espalda (con espasmos), y sellaron su triunfo 16-10 sobre Oakland gracias a la intercepción de Justin Simmons a pase de E.J. Manuel en la yarda 8.
A pesar de limitar a Lynch a 12 yardas en nueve acarreos, los Broncos se encontraron en riesgo de dejar escapar el triunfo entre los rivales del Oeste cuando el despeje de Riley Dixon viajó solo 37 yardas, hasta la 42 de Oakland, con 4:16 en el reloj.
Abajo por seis puntos, Manuel lanzó un pase a Amari Cooper poco después de la pausa de los dos minutos. Pero Simmons, quien le ganó el puesto titular a T.J. Ward, se quedó con el balón. Posteriormente, los Broncos se acabaron el reloj y se ponen 3-1.
En algún momento del juego las defensivas tomaron el control. La de Denver solo permitió 24 yardas por tierra a la de Oakland. Aunque el triunfo se marcó al final, son dos equipos distintos. Jameis Winston pasó para 332 yardas y tres anotaciones y Nick Folk conectó un gol de campo de 34 yardas mientras se acababa el tiempo para darle a los Bucaneros de Tampa Bay un triunfo sobre unos Gigantes que van 0-4. Folk se redimió después de fallar dos intentos de gol de campo y un punto extra durante el encuentro, al concretar la patada del triunfo después de que Winston respondió al segundo pase de touchdown de Eli Manning con una impresionante serie que comenzó en su propia yarda 25.