RECONCILIACIÓN CELESTE
Cruz Azul destrozó a los Pumas en La Corregidora de Querétaro, donde le metió cuatro goles; el equipo de Paco Jémez resurge con aspiraciones de Liguilla y su rival se hunde en la tabla
CRUZ AZUL REGRESA A ZONA DE LIGUILLA CON UNA GOLEADA SOBRE PUMAS EN QUERÉTARO, DONDE FELIPE MORA Y MARTÍN RODRÍGUEZ SE LUCIERON CON DOBLETES; LOS UNIVERSITARIOS YA SUMAN OCHO DERROTAS EN LA LIGA Y SON ÚLTIMOS EN LA CLASIFICACIÓN
Pumas volvió a ser local en el estadio de La Corregidora, como sucedió en el año 1999, con la última gran huelga en la UNAM. La ciudad de Querétaro recibió a los universitarios de manera adversa, más allá de que se adelantaron en el marcador, pues fungieron como la catapulta ideal de un Cruz Azul que reencontró su mística a la ofensiva. Fueron letales.
Universidad cayó por goleada de 1-4, prácticamente está eliminado de cualquier aspiración por la Liguilla y no solo eso, los goles en contra y puntos obtenidos (apenas 7) ubican a los universitarios como el sotanero general. Una pesadilla consumada.
La prendió como venía. Mauro Formica interceptó un despeje mal brindado por Jesús Corona y puso a temblar a los celestes muy temprano en el partido, ya que su embate estuvo a nada de inaugurar el marcador. Se jugaba el minuto 10 en la impecable cancha queretana (que el sábado recibió el Gallos-Monterey). Partido de ida y vuelta, abierto, que se jugaba a tope por ambos lados. Cruz Azul permitía la asociación de un rival subestimado en la Liga Mx. Universidad aprovechó las concesiones enemigas. Jugaba fácil y encontraba camino al área de Chuy Corona.
En un contragolpe fraguado por Josecarlos Van Rankin -el tan criticado lateral universitarioPumas encontraría la puerta al gol; el embate inicial culminó en tiro de esquina a favor de los auriazules, mismo que Abraham González sirvió para Luis Quintana y que Éste, dentro del área rival definió con un potente disparo al minuto 20. Universidad recuperaba la confianza, el semblante y la sonrisa. Parecía un encuentro a modo para los de Sergio Egea, el momento ideal para sacar la cabeza. El cronómetro transcurría y más de lo mismo, un equipo ágil, que se anticipaba en labores defensivas para movilizar la pelota con dinámica, pero que adelante comenzaba a tener problemas para encontrar la vía correcta de definición, eso era Pumas. Y cuando más se le requería, en el partido que marcó su retorno a las canchas después de semanas de ausencia, el chileno Nicolás Castillo -el hombre gol de los felinos- abandonó el campo aparentemente lesionado. Mal y de malas para un equipo que levantó expectativas.
Y para empeorar su escenario, Martín Rodríguez conseguiría el empate parcial en la recta final del primer tiempo. Al 39’, el chileno se encontró la pelota a modo, para igualar el electrónico sin mayor dificultad. Impotencia y rostros desencajados por el lado de Universidad Nacional. Desesperación desde el banquillo. Más allá de la igualada, las sensaciones eran de malestar. A remar contracorriente de nueva cuenta.
El complemento fue, de inicio a fin para Cruz Azul. La Máquina de Paco Jémez desplegó el arsenal ofensivo que le ha caracterizado en gran parte de este certamen y de inmediato lo reflejó en el campo. Habían pasado escasos segundos del reinicio, cuando Martín Rodríguez, sí, otra vez el chileno, adelantaba a los celestes en la pizarra, luego de marcar el 1-2 en Querétaro. En contragolpe cementero, los de La Noria tomaron mal parados a Pumas y aumentaron la diferencia.
Cruz Azul pasó de ser un cuadro expectante en la cancha, a un rival que proponía y asumía. Con Christian Giménez como gran orquestador de la ofensiva, el conjunto de Jémez lució a plenitud. El estratega español acompañó al veterano argentino de volante como Édgar Méndez y Ángel Mena, que le facilitaron labores de desgaste físico y vértigo. Futbol eficaz, de un toque y que exigía a Pumas concentración. Universidad no tenía respuesta.
Eran los instantes finales del partido, los rostros de impaciencia