Los Pet Shop Boys recorren la historia del electropop
El dúo presentó en el Palacio de los Deportes su gira Super; el show fue un recorrido a detalle por su carrera en la electrónica
Mientras que U2 hacía un viaje en el Foro Sol hacia 1987 para rendir tributo a su álbum The Joshua Tree, en el recinto de enfrente, el Palacio de los Deportes, los Pet Shop Boys celebraban su nueva música, presentando la gira Super, nombre de su álbum lanzado hace un año y que sonó en todo su esplendor en el Domo de Cobre, comenzando con “Inner Sanctum”, tema que dio título a las cuatro presentaciones con las que arrancó el tour en 2016 en el Royal Opera House y que deja muy claro cual será el espíritu del show: una fiesta de grandes proporciones.
Pocas son las agrupaciones que pueden hacen un recorrido tan puntual por la evolución de un género en épocas recientes. En el caso del synthpop y el electropop, los Pet Shop Boys logran hacerlo con creces en su actual concierto. A diferencia de U2, lejos de concentrarse en un álbum, Neil Tennant y Chis Lowe, comenzaron su recorrido alternando una de sus propuestas actuales con alguno de los clásicos que los han hecho grandes. El recital dio inicio con “Inner Sanctum” del disco Super, para después dar un brinco al pasado con “Oportunities” (lets makes lots of money) uno de sus primeros éxitos de 1986.
La temática presente/pasado continuó en el primer bloque del show. Con la lúdica “The Pop Kids”, el dúo mostró su faceta más ligera, para después recordar los orígenes del sythpop con “In the Night”, de 1985, que transportó a la audiencia a la escena underground de los clubes en NY. El tema fue mezclado con elegancia con “Burn”, también parte de su propuesta más actual que sirvió de pie a “Love Is a Bourgeois Construct”, de inicios de esta década. Los brincos pasado-presente remataron con “New York City Boy”, la carta de presentación de la banda a toda una nueva generación, un himno de la comunidad gay y el tema que levantó a todos de sus asientos en el Domo de Cobre.
Después vinieron temas de distintas décadas y sonidos. Con “Se A Vida É (That’s The Way Life Is)” el dueto mostró su lado latino. Su faceta experimental llegó con “Love Comes Quickly”, “Love Etc” y “The Dictator Decides”, para después comenzar a construir el cierre de la noche. Con “West End Girls”, uno de sus más grandes éxitos, los Pet Shop Boys se mostraron íntimos al igual que en “Home and Dry” pero las cosas cambiarían pronto.
El escenario, un sencillo en- samble con una pantalla de fondo que mostró proyecciones en video adecuadas a cada tema, mostró su poder en los efectos de iluminación y un completo equipo de láseres que encendieron todo el lugar. Con “Winner”, “Vocal” y “The Sodom and Gomorrah Show”, los ingleses construyeron un camino de baile de ensueño hacia “It’s a Sin”, uno de sus grandes homenajes a la música disco y el tema favorito de la noche.
La velada concluyó con una nueva versión y un escenario multicolor para “Go West” y su celebrada versión de “Always on my mind”, que al igual que la voz de Neil Tennant no pierde poder con el paso de los años y la capacidad de seguir impactando a nuevas generaciones.