Margarita Zavala: el despertar de la fuerza
Es el nacimiento de un personaje auténticamente poderoso, valiente, firme, rebelde y, lo nunca antes visto, mujer
Mis respetos para Margarita Zavala. ¡Qué ma- nera de renunciar al Partido Acción Nacional! ¡Qué manera de arrancar su candidatura independiente!
Para cualquier político hubiera sido comodísimo no hacer nada, sentarse a esperar o jugar a la grilla hacia el interior de su partido.
La señora Zavala no. Ella, con su decisión, nos está mandando un mensaje de agilidad política, nos está hablando de su capacidad de respuesta y, lo más importante de todo, nos está diciendo que sí quiere ser presidenta de México.
Obviamente, todavía le falta darles batalla a las grandes personalidades que aspiran a lo mismo, como Andrés Manuel López Obrador y El Bronco, pero aquí tenemos algo importante.
¿Qué? El nacimiento de un personaje auténticamente poderoso, valiente, firme, rebelde y, lo nunca antes visto, mujer.
Ninguna otra mujer que hubiera soñado con la silla presidencial había tenido los pantalones para echarse encima a tantísimas instancias.
Ninguna tenía el carácter para gritar ¡Ya basta! y tomar las riendas de su carrera política así, sola, sin el aparato de los partidos políticos, sin eso que ahora millones de mexicanos deprecian y condenan.
Por si esto no fuera suficiente, en contraste con Ricardo Anaya y sus compañeros, Margarita Zavala tiene a su favor dos puntos:
Primero, que se despidió como una dama, con un discurso magistral, sereno.
Y, segundo, que ella sí reaccionó ante los terremotos del 7 y del 19 de septiembre.
Doña Margarita fue más allá de la idea de la donación y propuso, rapidísimo, en redes, un plan de reconstrucción.
¿Y? Pues que eso es profesional. Eso es lo que se tenía que hacer. Y no nada más desde la perspectiva de una aspirante a la candidatura presidencial, desde la perspectiva de cualquier político en el poder.
No me preocupa el futuro de Margarita Zavala. Me preocupa el futuro del PAN.
Está claro que muchos de los panistas que hoy están en posiciones estratégicas en sitios como la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores van a tener que elegir.
Y más de uno acabará separándose de Acción Nacional para irse con la señora Zavala.
¿Sabe usted lo que eso representa a nivel fuerza para el PAN en los próximos meses? Una catástrofe. PRI, Morena y los demás van a poder hacer con ese partido lo que quieran. ¡Adiós poder!
Y luego va a estar este asunto como de maldición a nivel opinión pública, donde todo lo que tenga que ver con el Partido Acción Nacional acabará siendo visto como algo malo, sucio y egoísta.
En el remoto caso de que Ricardo Anaya consiga convertirse en candidato a la Presidencia de la República, me va a encantar ver cómo lo van a tratar los demás.
Y, lo más divertido de todo, me va a fascinar verlo discutir con doña Margarita en los debates del INE.
A lo mejor el señor Anaya, con su candidatura, terminará de completar un muy buen negocio, pero de que va a ser el protagonista de los momentos más incómodos de las campañas electorales de 2018, lo va a ser.
¿Cuántas posiciones le gusta que el PAN descienda el 1 de julio del próximo año? ¿Cuántas?
Mis respetos para Margarita Zavala. ¡Qué manera de renunciar al Partido Acción Nacional! ¡Qué manera de arrancar su candidatura independiente! ¿O usted qué opina? M