Más de 134 millones de pesos, la administración de Francisco García pretende hacer frente a la delincuencia organizada y recomponer el tejido social en esta ciudad fronteriza duramente castigada
Con una inversión de
Dicen que aquí en Reynosa, Tamaulipas, todos tienen una historia de sangre, violencia o injusticia que contar. Desde que llegas los propios taxistas te advierten, o te pretenden intimidar:
“Seguro les va a tocar una balacera, son muy comunes. Lo mejor que pueden hacer es irse, o les toca”.
Cuentan los reynosenses que el crimen organizado no distingue a sus víctimas; lo mismo le marca un alto a un sacerdote y le arrebata su camioneta, que ingresa a un domicilio con lujo de violencia y a punta de balas obliga a una familia a irse de su hogar, por no pagar “derechos de protección”.
Esas historias de inseguridad coinciden con las cifras del Secretariado Nacional de Seguridad Pública (SNSP), que ubican a la ciudad en el lugar 24 entre todos los municipios del país (2 mil 400), con 79 asesinatos dolosos en los primeros siete meses del año. Eso coincide con lo que ocurre en el estado. Tamaulipas ocupa el lugar 15 de homicidios en todo el país, y puntea el ranking de personas desaparecidas con 5 mil 943.
El gobierno local ha decidido intentar el rescate de esta ciudad, a través del programa Unidos por Reynosa, que busca generar un efecto dominó en el estado, y así romper los círculos viciosos de la delincuencia organizada y pacificar sus principales ciudades. Con una inversión de 134 millones 660 mil pesos, la administración de Francisco Cabeza de Vaca pretende hacer frente al crimen organizado y recomponer el tejido social.
El jefe de la oficina del gobernador, Víctor Sáenz, detalla que el programa estará dividido en dos polígonos, cada uno con necesidades y operaciones diferentes. El primero abarca 27 colonias del sur del municipio en las que existe alta incidencia delictiva y venta de droga. El segundo comprende 26 colonias donde se registra la mayor parte de robos, venta de estupefacientes y tráfico de personas.
El vicealmirante Luis Felipe López, secretario de Seguridad Pública estatal, lo explica así: “En el polígono uno es donde se hacen las personas que van a delinquir, y el polígono dos es uno de los principales puntos donde han escogido cometer sus delitos”.
Uno de los problemas es la educación en esas zonas, en ambas áreas existen 75 colegios de nivel básico, pero solo un bachillerato y una institución de estudios superiores. Por ello es urgente, afirma Sáenz, invertir recursos para la construcción de escuelas, espacios deportivos y centros culturales: darle a los jóvenes alternativas y evitar que caigan en las manos del crimen mediante el halconeo.
“Queremos recuperar los espacios públicos, empoderar a las personas, rehabilitarlos, embellecer el entorno y sacar a la gente a ese espacio público para que ellos se empoderen a través de actividades públicas, recreativas, deportivas, incluso con terapia psicoemocional”, asevera. Se trata de atender a una población de 117 mil 362 personas.
Eso, en el polígono uno. En el polígono dos destacarán las labores de patrullaje, con la presencia de los policías de proximidad, que serán la nueva cara de la institución estatal y que su principal tarea será ganar la confianza de la ciudadanía.
El vicealmirante explicó que para ello fue necesario dignificar la labor policiaca, a través de equiparlos con uniformes y armas cortas, además, de darles un sentido de identidad que tiene como premisa defender a la familia de otro como si fuese la de ellos. “Se deben acercar a la gente, ganarse su confianza, la gente aún tiene miedo”, puntualizó.
El programa ha sido bien recibido por el sector empresarial, que incluso desechó, por el momento, su propuesta de que los locatarios se armaran a fin de defender a sus clientes y conservar su patrimonio.
“Es el comienzo de una estrategia que esperamos nos dé buenos resultados y le vamos a pedir a los tres niveles de gobierno que no bajen la guardia y que le entren duro el tema de rescatar Reynosa. Si ya le entraron al tema, que no lo suelten”, pide Julio Almanza, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Tamaulipas.
“Queremos recuperar los espacios públicos, embellecer el entorno y empoderar a la gente” “Es urgente invertir para la construcción de escuelas, centros deportivos y culturales”
Sin embargo, no todos le auguran ni mucho tiempo ni buenos resultados a Unidos por Reynosa. Los casos de Geovanni Barrios e Hiram García representan una década de violencia, inseguridad e injusticia local que ha pegado a miles de lugareños.
A Geovanni, en 2008, le levantaron a su hijo, mientras que a Hiram, en agosto del año pasado, le desaparecieron a su hermano frente a una cámara de seguridad. Ambos creen que el plan estatal carece de sentido, dicen que si se quiere recomponer el tejido social las víctimas que han sufrido estragos son las que deben aportar ideas y caminar esas colonias para concientizar a la gente.
Barrios, dirigente de Justicia Tamaulipas, abunda y dice que lo primero que deberá hacer el gobierno es instalar la Comisión Estatal de Atención a Víctimas de Tamaulipas para apoyar este sector, que cada vez es más grande.
“El estado está imposibilitado para llevar a cabo una reestructura en la sociedad, tiene que ser la propia ciudadanía la que se active para dar esos pasos que se necesitan en Tamaulipas para cambiar el entorno social de caos que estamos viviendo”, afirma.
Y agrega: “Todos los que pertenecemos a Justicia Tamaulipas somos víctimas y sabemos de primera mano qué es lo que se necesita para cambiar la situación que vivimos; esta desconfianza con la autoridad está vigente, hay mucha gente que no ha denunciado desapariciones, secuestros y otros delitos por la falta de confianza en las autoridades. Una sociedad que no confía en sus autoridades va a un fracaso, como el que se vive hoy en la entidad”.
Hiram lo dice de manera más dura, más dolorosa:
“Voy seguido al forense a buscar el cuerpo de mi hermano, Hansel. Tengo los pies en la tierra y después de un año sé que está muerto. Aquí cuando sales a la calle no sabes qué te puede pasar”.
La suya es solo una de tantas historias de sangre que los gobiernos estatal y municipal quieren revertir por relatos de esperanza. No les será fácil: aquí los criminales inutilizaron hasta las cámaras de seguridad y las autoridades tendrán que colocar nuevos aparatos.
Maki Ortiz, la alcaldesa, resume el anhelo para que funcione Unidos por Reynosa, así:
“Es una receta exitosa. A mí me tocó coordinar la estrategia de Salud de Todos Somos Juárez. Va a reconstruir el tejido social y va a ayudar a enfrentar todas las aristas de la criminalidad”, señala. m