Banco de células madre del IMSS, entre los cinco mejores del mundo
El Banco de Células Troncales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se encuentra entre los primeros cinco mejores del mundo por su productividad en la recolección de células madre, que son más de mil 400 unidades seleccionadas bajo altos estándares de calidad para efectuar trasplantes a pacientes con leucemia.
Ángel Guerra Márquez, responsable de la instalación que se localiza en el Centro Médico Nacional de La Raza, explicó que el también llamado Banco de Cordón Umbilical forma parte desde 2009 del World Marrow Donor Association (WMDA), consorcio europeo que agrupa a los 160 bancos públicos de células a escala global que reportan su productividad anual, la cual se mide en unidades almacenadas y utilizadas con fines de trasplante.
Desde su inauguración en febrero de 2005 mantiene la certificación ISO 9001-2008 gracias a que comenzó a funcionar con un sistema de gestión de calidad único en México y América Latina, explicó Guerra Márquez.
En reconocimiento a su productividad y calidad en 12 años, el Banco de Células Troncales busca obtener la certificación ISO 9001-2015 en noviembre, con el objetivo de mantenerse entre los primeros de su tipo.
Guerra Márquez destacó que, aunque el proceso para lograr los estándares de calidad que se requieren para trasplantes es largo y minucioso, también es satisfactorio brindar una oportunidad terapéutica al paciente, que culmina en un trasplante resultado del esfuerzo conjunto de las Unidades Médicas de Alta Especialidad y del Banco de Células Troncales del IMSS.
Concluyó destacando que cada unidad recolectada debe tener un volumen mínimo y una celularidad idóneas para poder realizar un trasplante. m
Por siglos la humanidad consolidó una dicotomía radical entre psique y soma: mente y cuerpo, o alma y cuerpo, dependiendo de si la traducción de psique era laica o religiosa.
Para Homero, primero en dejar por escrito este vocablo, la psique era un aliento que abandonaba al cuerpo en el momento de morir (apopsiko es el verbo respirar, de donde se deriva psique, aliento). La psique era en sus orígenes el principio de vida; el aliento que abandonaba el cuerpo al morir. Podía salir a través de una herida, en caso de morir en batalla, o de la boca, en caso de enfermedad.
Esa dualidad psique-soma permeó la filosofía occidental, pero algunos pensadores, como Nietzsche, trataron de no caer en ella. Él ofreció una concepción diferente del ser humano: somos cuerpo y nada más. La mente o psique es parte del cuerpo, y surgió como una respuesta a la necesidad que éste ha tenido de expresarse. En ese sentido, para Nietzsche el concepto “cuerpo” no implica solamente los huesos y los músculos, sino todo lo que el ha creado: sueños, valores, lenguaje, miedo, ilusiones, filosofía, ciencia o religión; todo es expresión del cuerpo que somos.
Pero nuestra soberbia nos ha hecho creer que hay algo ajeno al cuerpo que solamente poseemos los seres humanos. Los animales —pensamos— son cuerpo, pero nosotros somos alma (o psique) encerrada en un cuerpo. Se trata del mismo esquema judeocristiano en su versión laica: ya no somos elegidos por los dioses, sino el elegido por la evolución, como si ésta fuera un proceso hacia la perfección... no lo es.
De lo anterior que hayamos terminado por colocar nuestra propia identidad en la psique, la “mejor” parte de nuestro ser. Decimos: yo pienso esto, yo digo esto. Pero cuando la psique dice “yo”, el cuerpo hace yo. Poco vale lo que pensamos o decimos frente a nuestras acciones, pues el cuerpo actúa sin importarle lo que pensamos. Las acciones muestran lo que somos: más que pensantes, somos cuerpos sintientes y actuantes, como lo es cualquier otro animal. Y, a veces, pensamos como lo hacen a su modo otros animales no sapiens. m