El ilusionista de la Asamblea Legislativa
En Ciudad de México, el escenario de la defensa de derechos humanos parece ser todavía arriesgado. Aunque se va librando la posibilidad de que se ratifique a Perla Gómez como ombudsman, circulan nombres de candidatos apoyados desde las entrañas de la Asamblea Legislativa.
Quienes consiguieron reducir la autonomía y la eficiencia en la defensa de los derechos humanos de los capitalinos están calculando colocar a otro de sus gallos para mantener la mediocridad y descuido de la institución, de modo que, el que la presida haga realidad sus particulares deseos.
En una extraña interpretación de perfiles, pretenden que Mucio Israel Hernández Guerrero, quien funge ahora como comisionado presidente del Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales de CdMx, se convierta en el ombudsman. Muy conveniente porque si lo que buscan es un aliado que oculte información, Hernández Guerrero ya ha mostrado sus dones como ilusionista. Así lo evidencia la investigación de solicitudes de información que publicó el 26 de junio La silla rota, con la que muestra cómo el funcionario escondió información del manejo presupuestal de la Asamblea Legislativa: la repartición de 100 millones de pesos entre los integrantes de la Comisión de Gobierno, los vehículos asignados o el número de demandas laborales, entre otros elementos ocultos.
Hernández Guerrero tiene también prodigiosas habilidades para hacer pasar por derecho al olvido lo que a todos ojos resulta una censura. Recordemos cuando le propuso al grupo redactor de la Constitución de Ciudad de México que incorporara el “derecho al olvido” para obstaculizar el acceso a la información de interés público y restringir la libre expresión. Nada por aquí, nada por allá. Con este concepto innovador, para él bastaba meter en un sombrero los actos de corrupción y sacar de ahí un conejito aparentemente inofensivo que no tiene memoria. Por fortuna, el truco del derecho al olvido no fue incorporado a la Constitución Política de Ciudad de México.
A quien resulte ser el ombudsman le tocará aplicar esta nueva Constitución, para ello hay perfiles probados y comprometidos con los derechos humanos, como el de la maestra Hilda Téllez o el maestro Carlos Arjona Estévez.
Quienes apoyen a Mucio Hernández Guerrero nos mostrarán lo hechizados que han quedado con su capacidad para invisibilizar la rendición de cuentas, hacer invisibles los derechos y desaparecer pruebas de delitos.