Multifragmentada de la tibia izquierda, Edwin tiene muchas probabilidades de que su hueso se regenere y se recupere completamente
Tras sufrir una fractura
Llegar al hospital es como estar en el infierno”, recuerda un niño víctima del sismo del 19 de septiembre. El pequeño Edwin Sánchez lleva un mes hospitalizado. Desde su cuarto en traumatología pediátrica del Instituto Mexicano del Seguro Social, dice que ha visto cómo han sido dados de alta al menos una decena de niños que, como él, resultaron lesionados durante el sismo de magnitud 7.1.
Su pierna izquierda está destrozada, aislada para evitar alguna infección. Un tinaco que contenía más de 600 litros de agua le cayó encima cuando “la tierra brincó”.
“Estaba en mi casa, acababa de regresar de la escuela. Lo sentí como si me estuvieran empujando muy, muy fuerte, pero muy fuerte. Como si empujaran mi cabeza hacia el piso. Mi mamá me sacó, yo no sentía mi pie. Yo solo me preguntaba: ¿qué está pasando?
Después volteé a ver mi pie porque me abuelita estaba llorando. Mi abuelita me dijo: ‘no te mueras, hijo, no te mueras’, yo decía no, no me voy a morir; mi mente decía no me quiero morir”, relata el niño de 11 años.
El día del temblor la familia de Edwin enfrentó, además del susto, el desafío de buscar atención médica. En el hospital Pediátrico de Xochimilco, dependiente de la Secretaría de Salud de Ciudad de