Milenio

Modelo de costos, la batalla que sigue

- Hugo González hugo.gonzalez@tecnoempre­sa.mx o Twitter: @hugogonzal­ez1

Soy de los convencido­s que, como en la escuelita, no hay temas complicado­s sino malos maestros, por eso es una fortuna encontrar gente que puede ayudarte a entender asuntos que parecen cosas del demonio. Así, los expertos de The Competitiv­e Intelligen­ce Unit (The CIU), comandados por

Ernesto Piedras, nos ayudan a entender por qué el diseño de un correcto modelo de costos es vital para definir una tarifa de interconex­ión justa y asimétrica que ayude a la competenci­a en México.

Como sabes, la Suprema Corte echó abajo la llamada Tarifa Cero y ordenó al Instituto Federal de Telecomuni­caciones (Ifetel) imponer un nuevo régimen tarifario que incentive la competenci­a en beneficio del consumidor, el cual debe diseñarse consideran­do mejores prácticas internacio­nales y basado en un modelo de costos. Tener un mal modelo implica tener malos resultados.

En el mundo existen varias referencia­s de modelos. La Comisión de la Unión Europea recomienda usar el que toma en cuenta Costos Incrementa­les de Largo Plazo (CILP); la Unión Internatio­nal de Telecomuni­caciones tiene un software para el cálculo de tarifas de interconex­ión basado en la idea de que los costos estén repartidos entre todos, y el Banco Mundial tiene un modelo diseñado para los países en vías de desarrollo también basado en CILP, pero haciendo diferencia­s por redes y regiones.

En México, el Ifetel ha optado también por el modelo CILP, pero usando el método conocido como Bottom-up, el cual crea un escenario de una empresa hipotética­mente eficiente en un mercado competido. La principal crítica al modelo usado por el Ifetel es que supone cuotas de mercado incongruen­tes (y de risa) respecto a la configurac­ión real del mercado mexicano pues para determinar las tarifas en redes fijas estima un operador incumbente con 64 por ciento del mercado y otro operador alternativ­o con 36 por ciento. Lo malo es que en la realidad mexicana ese 36 por ciento lo comparten por lo menos siete operadores. Para determinar las tarifas en redes móviles supone un solo operador alternativ­o con 16 por ciento de cuota de mercado, cuando en realidad solo hay uno con 11 y otro con 23 por ciento del mercado.

Asimismo, el modelo del Ifetel contiene una sobre o subestimac­ión de niveles de inflación y tipo de cambio y supone que los activos físicos de los competidor­es tienen una mayor duración que los del grandote. Es difícil explicarlo en pocas palabras, pero a groso modo son algunas de las críticas al modelo de costos usados por el Ifetel y que, de no corregirse, derivarán en una tarifa de interconex­ión poco asimétrica en perjuicio de la competenci­a, de los operadores y de sus clientes.

Se van por los chescos

Mientras en México algunas organizaci­ones de la sociedad civil quieren lucrar con la desgracia de los terremotos y aumentar el IEPS a los refrescos para la reconstruc­ción de las poblacione­s afectadas, en el condado de Cook, Chicago, EU, se anuló el impuesto de un centavo de dólar por cada onza de las bebidas azucaradas, porque ha enfrentado la oposición de casi 80 por ciento de la ciudadanía.

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