Salarios dignos pide Trudeau; el gobierno los rechaza
El trabajo en México se paga en promedio a 14.63 dólares por día, muy por debajo de la media de la OCDE, la cual es de 50.21. Los trabajadores mexicanos ganan menos que los de Chile, donde se paga en promedio 20.51 dólares; Letonia, 25.38, y de la mayoría de los de América Latina y el Caribe.
Esta situación es insostenible. Es muy penoso que el gobierno mexicano y los líderes sindicales postizos (charros) se opongan a aumentarlos, mientras el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, planteó en el Senado que “para tener una situación de ganar-ganar-ganar es necesario que ayudemos a que se consigan mejores normas, mejores salarios y condiciones de trabajo”.
La crítica situación laboral tiene su más aguda expresión en los salarios de hambre. Los trabajadores mexicanos de la industria automotriz, de capitales trasnacionales, suelen ganar, en jornada de ocho horas, de 10 a 20 veces menos del salario mínimo de ocho dólares por hora de un trabajador en la misma industria en Estados Unidos.
Es el factor principal que genera la inmensa des- igualdad y la pobreza que padece más de la mitad de los mexicanos.
La ausencia de organizaciones de trabajadores ha favorecido un modelo de escandalosa concentración de riqueza de los capitalistas y en escala inversamente proporcional la pobreza de los asalariados.
Es una cuestión generada por un sistema político basado en el control corporativo de la sociedad, que ha negado, entre otras cosas, el derecho elemental de los trabajadores de contar con sus organizaciones autónomas.
La libertad sindical debiese estar en el centro de una opción de transformaciones democráticas. El que no estén presentes en el escenario político exhibe la perversidad del sistema político de la partidocracia. Además es ahora un obstáculo para un verdadero tratado comercial moderno. Sin salarios dignos en México y sin libre circulación de personas el TLC ha sido muy limitado, incluso para los capitalistas de Canadá y Estados Unidos, es hora de establecerlos en su revisión.
Libertad sindical, libre circulación de las personas y salarios dignos son parte del programa de reformas para ir hacia un país menos atrasado y desigual. M