Nissan busca acotar escándalo por inspección
Nissan revisará el proceso de inspección de sus vehículos que vende en Japón por primera vez en décadas, ya que la automotriz busca hacer frente a un escándalo creciente de las inspecciones que la obligó a suspender la producción para su mercado doméstico.
La compañía dijo el jueves que trabajadores no autorizados certificaron vehículos puestos a la venta en el mercado japonés, incluso después de que la compañía anunció el retiro de casi 1.2 millones de vehículos para su revisión a principios de este mes por el mismo problema.
Con los inversionistas cada vez más preocupados por el cumplimiento del sector empresarial japonés a los estándares —el escándalo de la falsificación de datos de Kobe Steel es lo que más recientemente aumentó esas preocupaciones— la noticia hizo que las acciones de Nissan cayeran 1.6 por ciento el viernes, y también pesó en el precio de sus proveedores.
Hiroto Saikawa, director ejecutivo de Nissan, prometió “medidas drásticas” para enfrentar el problema, concretamente la suspensión de la producción de vehículos para el mercado doméstico en las seis plantas en Japón que maneja la compañía y su filial, Nissan Shantai.
Las plantas regresarán de manera progresiva a funcionar en dos semanas, una vez que se reconfiguren las líneas de revisión y aumente el número de inspectores certificados para realizar las tareas finales. “No hemos actualizado el programa en 20 años”, dijo Saikawa a los periodistas en Yokohama, donde Nissan tiene su sede.
Al enfrentar su primera gran prueba de liderazgo desde que asumió el cargo como director en abril, Saikawa dijo que hubo una “falta de comunicación” entre el piso de producción y la administración que permitió que las prácticas laxas se volvieran algo habitual.
El Ministerio de Tierra, Infraestructura y Transporte de Japón anunció este mes que descubrió que trabajadores no certificados en las plantas de fabricación de automóviles de Nissan para el mercado nacional utilizaban los sellos de los técnicos autorizados para dar el visto bueno a las inspecciones finales de vehículos. Esto viola las reglas del ministerio.
Más tarde, Nissan introdujo medidas correctivas, pero un equipo de investigación, encabezado por un tercero independiente, descubrió que los procesos de inspección final los seguían realizando técnicos no autorizados en sus fábricas Oppama, Tochigi y Nissan Kyushu.