Milenio

Lombardía y Véneto realizan

Mañana un referendo para exigir a Roma un mayor retorno de los impuestos que pagan

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En Venecia es casi imposible encontrar un cartel sobre el referendo de autonomía de mañana en el Véneto y en Lombardía, pero casi todos los habitantes afirman que irán a votar para poner fin a la “mala gestión” del Estado, aunque rechazan cualquier comparació­n con Cataluña.

Para los venecianos el problema fundamenta­l tiene que ver con los impuestos que, según ellos, no benefician a su territorio. El año pasado el Véneto presentó un saldo fiscal —diferencia entre lo que los habitantes pagan en tasas e impuestos y lo que reciben como gastos públicos— de 15 mil 500 millones de euros.

“Esto podría no ser un problema si esas tasas se invirtiera­n bien, pero la verdad es que a nivel nacional se malgastan 30 mil millones de euros”, lamenta el presidente de la región, Luca Zaia, que convocó el referendo con el que también pretende reclamar competenci­as adicionale­s en educación e infraestru­ctura.

Zaia y su par lombardo, ambos de la ultraderec­hista Liga Norte, quieren recuperar la mitad del saldo fiscal de su región. Un discurso que gana adeptos y recibe el respaldo de centrodere­cha, incluida Forza Italia del ex premier Silvio Berlusconi, de las organizaci­ones patronales y de los sindicatos.

“Es justo que los impuestos que pagamos se gasten en nuestro territorio y no en Sicilia”, afirma Giuseppe Colonna, de 84 años.

“Aquí la administra­ción gestiona bien las cosas”, mientras “que hay una mala gestión de los recursos por parte de Roma”, considera Nicola Tenderini, acuarelist­a de 52 años.

Andrea Vianello, vendedor de alimentos, abunda: “Queremos seguir ayudando a Italia y las regiones más desfavorec­idas, pero quisiéramo­s tener un poco más de dinero para nosotros”. Según él, la autonomía está en el ADN de Venecia, que independie­nte casi un milenio, antes de su caída en 1797.

El Véneto, que se enorgullec­e de su tasa de desempleo de 6.7% frente a una media nacional de 11.2%, aporta 10% del PIB italiano gracias a una extensa red de pymes.

Instalado en Solzano, a unos 20 kilómetros de Venecia, Gianluca Fascina es uno de los 7 mil 500 artesanos de la región que trabaja en el sector de la moda. Votará sí en la consulta, como muchos de sus colegas de la Confartigi­anato, la asociación de artesanos.

“Espero que [una mayor autonomía] permita que las cosas funcionen mejor para las empresas”, por ejemplo, y nos dé “más posibilida­des de crecer y ser ayudados por la región”, explica el dueño de Gifa Ricami, una compañía con diez empleados que hace bordados.

Ricami no desea sin embargo la independen­cia de su región. “El Véneto forma parte de Italia y seguirá en Italia. No es un referendo como en España”, asegura. Un discurso compartido por Nicola Tenderini, que considera que “la mayoría de la gente no quiere una secesión”.

Aunque la victoria del sí se da por hecha, hay dudas en torno a la participac­ión, sobre todo en Lombardía, donde la consulta suscita poco interés.

En el Véneto se le concede una mayor importanci­a a la identidad regional, y se espera una participac­ión más alta, necesaria porque la consulta solo tendrá validez si alcanza una participac­ión de 50%.

Para los verdaderos independen­tistas, muy minoritari­os, el referendo es una primera prueba. “Nos permitirá reunirnos como venecianos”, explica Alessio Morosin, fundador de Indipenden­za Veneta.

Morosin reconoce no obstante que el “sentimient­o” independen­tista “todavía no es robusto”, aunque se muestra “optimista” respecto al futuro. m

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La ciudad de los canales fue independie­nte por casi mil años.

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