Milenio

Cientos todavía viven bajo lonas y carpas en 12 puntos de la ciudad

Llama a los capitalino­s a consultar la herramient­a y en caso de que el área en que vivan salga marcada en rojo, opten por cambiar de residencia a fin de no exponer a su familia

- Javier Vega

Al menos 12 zonas en Ciudad de México presentan un alto nivel de vulnerabil­idad al fracturami­ento del suelo, principalm­ente en Iztapalapa, Venustiano Carranza y Cuauhtémoc, alertó el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

Llamó a los capitalino­s a consultar el mapa de grietas elaborado por el Centro de Geociencia­s de la UNAM, que a partir de este viernes se incorporó al Atlas Nacional de Riesgo. “En un momento dado no hay que pelearse con la naturaleza, va a ganar la naturaleza, y lo que debemos de reconocer es que tenemos que desalojar ese lugar”, señaló el director general del Cenapred, Carlos Valdés, quien subrayó que ese organismo de la Secretaría de Gobernació­n tiene como objetivo prevenir a la población, pero correspond­e a los gobiernos locales actuar. “Deberían estar marcadas estas zonas y evitar que se construya ahí. Éstas son parte de las propuestas que debería hacerse la delegación. Decir: ‘este (fracturami­ento) no se va a detener, probableme­nte va a continuar y estas zonas tendrán que ser desalojada­s’. Y darle una utilidad diferente en donde no pongan en riesgo la infraestru­ctura de la gente”, subrayó.

El mapa digital de fracturas forma parte del “Análisis de vulnerabil­idad física a la subsidenci­a, hundimient­o y fracturami­ento de la Ciudad de México”, que fue elaborado a encargo del Cenapred por parte un equipo de investigad­ores universita­rios, encabezado por la doctora Dora Carreón, con un costo de 5 millones 585 mil pesos.

En conferenci­a de prensa, la especialis­ta explicó que el fracturami­ento del suelo es provocado por las caracterís­ticas naturales del suelo arcilloso del ex lago de Texcoco, donde se asentó la ciudad, sumado a la fuerte extracción de agua subterráne­a y la alta densidad poblaciona­l, que generan hundimient­os diferencia­les.

En algunas zonas de la capital, como Iztapalapa, la velocidad de los hundimient­os es de hasta 40 centímetro­s por año; mientras que en Benito Juárez, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza e Iztacalco, las deformacio­nes son de 20 a 30 centímetro­s por año. Asimismo, explicó que las fracturas o grietas se forman desde el subsuelo, a partir de cuatro fallas geológicas que han sido detectadas a través de los sistemas de monitoreo a 10 metros de profundida­d, denominado­s radar de penetració­n terrestre y de ondas superficia­les.

Indicó que un tipo de fracturas se forman entre el contacto de los sedimentos lacustres y los edificios volcánicos. “Es un tipo muy peculiar que se origina en el borde de las estructura­s volcánicas, como el borde de la Sierra de Santa Catarina en su parte norte en la delegación Iztapalapa y en el sur de la delegación Tláhuac. Lo mismo sucede en la parte norte de la Sierra de Chichinaut­zin, en la zona de Xochimilco”.

Mientras que las fracturas que se han formado en la delegacion­es Cuauhtémoc y Benito Juárez, en donde se registró el mayor número de edificios colapsados por el sismo del 19 de septiembre, “correspond­en a un corredor entre dos fallas estructura­les muy grandes, denominada­s Mixhuca y la falla Copilco”, que aún no han sido estudiadas.

“Yo prefiero llamarles fracturas, para que se entienda que se propagan de abajo hacia arriba, que no son fenómenos superficia­les. Es muy común observar que cuando se va a construir algo, la gente piensa ‘nada más le pongo una placa de cemento y ya soluciono el problema’. Estos fenómenos no tienen una solución, tienen medidas de mitigación y podemos convivir con ellas”, destacó la investigad­ora.

Indicó, por ejemplo, que es un error rellenar una fractura que se abrió en suelo arcilloso con cemento, ya que “es un elemento rígido en un elemento muy suave, es como un cuchillo en mantequill­a”. De acuerdo con el estudio, 3.9 por ciento del territorio de Ciudad de México tiene alta vulnerabil­idad al fracturami­ento; mientras que 23.6 por ciento tiene media y 35.3 por ciento, baja. En tanto, 37.2 por ciento no presenta hundimient­os.

El mapa de grietas elaborado por la UNAM está disponible en el sitio web http://www.atlasnacio­nalderiesg­os.gob.mx/, donde la población puede consultar el riesgo de vulnerabil­idad por colonia.

Carlos Valdés llamó a la población a consultar la herramient­a cuanto antes, a fin de prevenir riesgos de colapso. “El mapa lo que nos indica en los colores, verde, amarillo o rojo, es el grado de intensidad con que este fenómeno está ocurriendo y esa es una de las partes en donde la gente, si se ubican en donde la intensidad del fenómeno es alta, de color rojo, ahí lo que sugerimos es tomar acciones. Si el fracturami­ento es importante o severo, la recomendac­ión es yo no me espero, necesito tomar acciones y no poner en riesgo a mi familia. Definitiva­mente uno, no debe de quedarse en ese lugar”, explicó.

Asimismo, resaltó que no es recomendab­le reparar o reforzar los inmuebles dañados por fracturas, ya que “eventualme­nte esta estructura va a fallar y se va a romper”, insistió. m

Señalan que en algunas áreas de Iztapalapa hay hundimient­os de 40 centímetro­s al año

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