RESPALDO ACADÉMICO
la Unesco tienen la mira puesta es el constituido por los primeros conventos del siglo XVI en las faldas del Popocatépetl; son 14 en los estados de Morelos y Puebla, que tienen valores arquitectónicos, históricos y simbólicos de importancia.
En ese sentido, después de haber realizado el censo de todos los inmuebles, desde el propio 19 de septiembre se determinó que el ex convento que más se vio afectado fue el de San Guillermo Totolapan, mientras que el que menos daños registró fue el de San Juan Bautista, en Tetela del Volcán. No obstante, todos serán intervenidos al mismo tiempo, según Isabel Campos Goenaga, delegada del Centro INAH Morelos.
Los ex conventos de Morelos reconocidos por la Unesco son: San Mateo Atlatlahucan y La Asunción, en Cuernavaca; Santo Domingo Hueyapan, Santo Domingo Oaxtepec, Santiago Apóstol Ocuituco y La Natividad, en Tepoztlán; San Juan Bautista, en Tetela del Volcán; San Guillermo Totolapan y San Juan Bautista, en Yecapixtla; Santo Domingo Tlayacapan y La Inmaculada Concepción, en Zacualpan de Amilpas. “Una parte que nos preocupa es la de las decoraciones, la pintura mural, porque se han afectado con las grietas, pero están consideradas dentro del proyecto de restauración”, dijo a MILENIO la especialista.
El siguiente sitio dañado es el Centro Histórico de Puebla, que tuvo diversas afectaciones; el tercero, el Centro Histórico de Ciudad de México, que además en la inscripción abarca también la zona lacustre de Xochimilco, “a la que en sí no le pasó algo, pero sí hay inmuebles históricoreligioso de enorme relevancia en Xochimilco, San Gregorio Atlapulco y Tláhuac”.
El cuarto sitio es el Centro Histórico de Oaxaca, que abarca la ciudad antigua de Monte Albán, además de la zona arqueológica de Xochicalco, “que no sufrió daños severos, pero que sí tiene algunos problemas que debemos atender para asegurar su estabilización”, aseguró el especialista. Prieto reconoció que el más afectado por los sismos fue el patrimonio virreinal, incluso más que la arquitectura del siglo XIX, sobre todo templos, ex conventos y capillas.
En el caso de las zonas arqueológicas se cuenta con 25 que sufrieron afectaciones, como el caso de Comalcalco en Tabasco, “donde nos hemos ocupado de hacer los avalúos y ya está atendido el asunto, pero destacaría tres que sí tienen daños más complejos. “Una es Monte Albán, donde ya hemos destacado arqueólogos, entre ellos estructuristas, y también estamos esperando apoyo internacional, sobre todo para poder acometer la restauración de estructuras que fueron afectadas. No obstante la zona está abierta al pública. “Otra zona que sufrió daño complicado es la de Teopanzolco, en Cuernavaca, donde tenemos una gran pirámide con semejanzas con el Templo Mayor y allí sí tenemos una abertura muy grande y una socavación de la pirámide mayor, que va a requerir una atención cuidadosa”.
Otra zona arqueológica que resultó dañada está ubicada en Chiapas, muy importante aunque no tan visitada: Iglesia Vieja, cuyas afectaciones son de consideración porque ahí fueron varios los templos que resultaron dañados, pero “lo que más nos preocupa es el patrimonio histórico y los monumentos, específicamente, los de carácter religioso”. En entrevista con MILENIO, Campos Goenaga informó que la institución está gestionando los recursos que da el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), además de crear una subcomisión de monumentos artísticos e históricos y arqueológicos, “con la finalidad de que todos aquellos inmuebles de propiedad federal puedan ser atendidos”.
En una primera etapa, que acabó el 3 de octubre, ingresaron a la plataforma 183 inmuebles con daños graves que requieren de medidas urgentes, como apuntalamientos; el segundo momento se cerró el viernes pasado, con el total del Fonden, a fin de destinar recursos para la restauración de aquellos inmuebles afectados, y se subieron un total de 205 para la etapa de reconstrucción.
Por lo pronto, mientras llegan los recursos del Fonden, en Morelos se está trabajando en algunos inmuebles con apuntalamiento y retiro de escombros de manera selectiva, porque parte de ese escombro se recupera y se puede volver a utilizar en la restauración.
Para la atención y reconstrucción de los monumentos, el INAH contratará los servicios de empresas especializadas en preservación y restauración del patrimonio, detalla Campos Goenaga. “Todo se hace conforme a la Ley de Obras Públicas, bajo los términos que establece la normatividad al respecto, pero la contratación dependerá del monto en que esté considerado el proyecto de restauración. Ahí puede ser, de acuerdo con los montos, una asignación directa, una invitación o una licitación. “Todavía estamos sobre el papel, pero dependemos de los dictámenes del INAH. Quiero enfatizar que Diego Prieto y la secretaria de Cultura llegaron a un acuerdo para generar un plan maestro de acción”. M
Países como Alemania y Hungría se han propuesto adoptar algún monumento