Televisa

Como de seguro usted ya sabe, Emilio Azcárraga Jean dejó el puesto de director general de Grupo Televisa y ese cargo lo van a ocupar, desde el 1 de enero de 2018, Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia.

Obviamente mis compañeros periodistas de la fuente de negocios tendrán su muy particular punto de vista de esta situación.

Azcárraga Jean no se va de Televisa, conservará otra posición, la de presidente de la compañía, encabezará Fundación Televisa y el Club América.

¿Cuál es la nota para mí como crítico de televisión? Primero, que el dato no salió ni de él ni de sus plataformas, salió de un periódico de Estados Unidos.

Eso no deja de ser doloroso para quienes durante décadas hemos sido espectadores de sus canales y, lo más importante de todo, para sus clientes y empleados.

Luego vinieron los comunicados oficiales, ¿pero ya para qué?

Segundo, que ante esta situación se creó una especie de sensación como de pánico donde nadie sabía nada y donde los rumores fueron y vinieron.

¿Por qué deja la dirección? ¿Por qué quedarse con el futbol y no con el negocio de las series y las telenovelas? ¿Por qué en año electoral?

¿Cómo le van a hacer Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia para dirigir en pareja?

¿Qué va a pasar con los noticiarios? ¿Qué va a pasar con los otros contenidos? ¿Cuáles se quedan? ¿Cuáles se van?

¿Y la gente? ¿Habrá recortes? ¿Más cambios? ¿Antes de que comience 2018?

Televisa es muy grande y toca desde marcas como Izzi, Blim y Sky hasta eventos como Teletón, las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe y Rusia 2018.

Un cambio tan importante en un grupo empresarial de semejante magnitud es algo tan delicado o más que un cambio en una secretaría de gobierno.

Se afectan la vida, los intereses y hasta los valores de miles de personas en todo el país.

Y tercero. ¿Cuál es la nota? Algo que va más allá de la televisión y que como no se explicó bien cuando comenzó a circular la noticia de este movimiento, pegó a nivel raíces.