Un arma de confusión masiva
Ciento veintiséis millones de usuarios en Facebook consumieron mensajes diseminados por agentes rusos en su intento para interferir en la elección presidencial en la que Donald Trump resultó ganador. Los mensajes incluyen notas, declaraciones y datos fabricados, además de memes como el que muestra una imagen de satanás frente a la de Jesucristo acompañada del texto: “Si Clinton gana, gano yo”.
Manipular y dividir. Esos fueron los objetivos de la campaña de propaganda con la que el Kremlin convirtió a los medios sociales y a los principales sitios de internet en un arma de confusión masiva. Un proceso del que los estadunidenses salieron enfrentados y, en ese sentido, debilitados como sociedad.
El esfuerzo incluye al menos 131 mil mensajes en Twitter y mil videos en YouTube, la plataforma de video adquirida por Google en 2006, en los que los rusos sembraron desinformación dirigida sobre todo a difamar a la candidata demócrata, Hillary Clinton y a miembros de su campaña. Un tsunami de mensajes, imágenes y videos, diseñados para sembrar caos en un proceso en el que el candidato del caos terminó instalado en la Casa Blanca.
Toda esta información forma parte de los testimonios que los principales medios sociales y sitios de internet rindieron ante el comité de inteligencia del Senado estadunidense esta semana y en los que se reveló la escala de la ofensiva montada por el gobierno de Vladímir Putin.
La democratización de la información a través de las redes sociales llegó acompañada de la promesa de brindarle una voz a todos sus usuarios. Pero los creadores de estos espacios fueron cuando menos ingenuos al no considerar que sus plataformas podrían ser utilizadas con fines contrarios al espíritu democrático. Una lógica en la que la libertad de expresión se manipula para desacreditarla.
El poder y la influencia que han acumulado empresas como Facebook, Google y, en menor medida Twitter, llega con una enorme responsabilidad. Si bien se trata de plataformas abiertas a las que difícilmente se les puede exigir convertirse en árbitros de la verdad, la interferencia rusa en la elección demuestra lo fácil que resulta infiltrarlas y utilizarlas con fines belicosos.
En un momento en el que las investigaciones por la injerencia rusa en las elecciones de EU alcanzan la puerta de la Oficina Oval, es necesario analizar con cuidado el papel que jugaron las plataformas digitales, no solo para entender el momento que vive Estados Unidos, sino para prevenir una manipulación similar en la elección que se viene para México. M