“Isaac cambió mi vida”, dice Rebecca de Alba
El joven en etapa avanzada de cáncer testicular transformó a la comunicadora
La voz de Rebecca de Alba se escucha emocionada al compartir que su fundación celebrará 10 años de existencia en marzo de 2018, así como la venta anual que realiza con el propósito de obtener más recursos para apoyar a niños y jóvenes que padecen cáncer, que son los grupos más vulnerables ante la enfermedad.
A diferencia de otras historias de apoyo, De Alba no ha tenido en su familia alguien luchará con este padecimiento, considerado como el mal del siglo XXI por la Organización Mundial de la Salud (OMS); sin embargo, su interés por ayudar surge desde su niñez, gracias al ejemplo de su círculo más cercano y luego por lo vivido al lado de Isaac, un joven que cambió su percepción. “Muy al principio con un chico que falleció, Isaac llegó en una etapa muy tardía de cáncer testicular porque no conocía nada de prevención. Me tocó vivir con él por lo que pasó. Por eso creamos el área de navegación en la fundación, donde todos vivimos el peregrinaje de un paciente. Esta área humaniza el caminar durísimo de saber qué es el cáncer, y conocer los procesos por los que pasa el paciente, así como su familia. “Qué es la quimioterapia y qué les va a pasar. Con él recorrí lo que vivió, después de darlo de alta de la metástasis del pulmón, le dieron la noticia, yo estaba ahí, de células cancerígenas en el cerebro.
Al poco tiempo falleció, a los 21 años, y ese es el caso más cercano que me afectó, pero aprendí muchísimo y toda la función de cuidados paliativos”, narra De Alba, vía telefónica para ¡hey!
Gracias a esta experiencia la zacatecana continuó con más ahínco su cruzada contra el cáncer, primero infantil, para luego seguir con el testicular y luego ofrecer una ayuda integral, lo mismo con la entrega de despensas, así como con apoyos para la compra de medicamento o de transportación de los pacientes y sus familias.
Entre los planes cercanos de Fundación Rebecca de Alba, A.C., se encuentra la realización de su tradicional posada decembrina, en la que el equipo de la comunicadora, pacientes y familias conviven para “celebrar a la vida”, incluso aquellos paciente que ya han sido dados de alta se dan cita en el encuentro para seguir ayudando a otros chicos que viven el proceso.