UN CAMPEÓN CON FUTURO
LOS ASTROS DE HOUSTON SE PROCLAMARON POR PRIMERA VEZ MONARCAS DE LAS GRANDES LIGAS, CON UN PROYECTO DE PELOTEROS JÓVENES QUE PUEDE PELEAR POR EL GALLARDETE DE LA AMERICANA EN LOS SIGUIENTES AÑOS
Las Grandes Ligas borraron el nombre de los Astros de Houston de su lista de equipos sin título. Se tardaron 59 años en salir, pero el proyecto armado con la búsqueda y desarrollo de talento, así como la inversión en algunos elementos clave, los llevó hasta el último día de la temporada siendo ellos los que colgaron el último out. Fue menos cerrado de lo que se pensaba, 5-1 ante los Dodgers de Los Ángeles.
“Sabíamos que teníamos un proyecto que nos podía llevar a esto y trabajamos mucho para conseguirlo y ahora somos campeones de Grandes Ligas”, dijo Jeff Luhnow, gerente de los Astros que nació y vivió en la Ciudad de México.
El último round de la pelea fue para los Astros. Cinco carreras sin respuesta en los primeros dos innings fueron como cinco golpes en la cara que sacaron de concentración a los Dodgers, y aunque no los tiraron, estuvieron fuera de la batalla.
Fue doloroso para los de los Dodgers, pero así se cerró la historia de la Serie Mundial del 2017, donde el peso de una nómina de 245 millones de dólares no soportó siete juegos y fue doblegada a base de un pitcheo que parecía romperse, pero al que solo le dieron un hit a la hora cero.
“Atacarlos temprano, ir por ellos desde el principio y no dejar que se levantaran, así es como desde el inicio trabajamos para conseguir esto, que nos tiene sin palabras”, explicó George Springer, quien terminó la noche con un jonrón, dos producidas y dos anotadas.
La novena texana abandona la triste lista donde estaba junto a Texas, San Diego, Tampa Bay, Colorado, Milwaukee, Washington y Seattle, los conjuntos que no saben lo que es ser campeón de Grandes Ligas.
La fórmula del séptimo y definitivo encuentro fue clara: batear oportunamente, pitchear con aplomo y defender con limpieza.
Todo eso se combinó y el camino al triunfo fue más rápido y directo, así es como los Astros cierran el 2017, como el proyecto llega a la meta y como se puede ganar el título de MLB entre dos equipos similares.
Lance McCullers fue el pitcher abridor y su colaboración fue de 2.1 innings, le siguieron cuatro relevistas que contuvieron a la batería angelina que dio hits (seis) y tuvo gente en base (13 jugadores), pero que supo apretar el brazo en los momentos de más apremio para que se fueran de 10-1, con corredores en posición de anotar.
EL NOCAUT
Los Astros sabían que la mejor forma de poner presión a los Dodgers y contener el impacto del público era no dejar que se prendiera, ellos encendieron sus bats desde el primer pitcheo.
Al tercer lanzamiento, cuando la gente se acomodaba en su lugar, George Springer pegó doblete; al primero, Alex Bregman sacó rola entre primera y segunda, Cody Bellinger la tomó, pero tiró mal a Darvish. Error, una base extra para los corredores, Houston ya ganaba 1-0.
Dos outs productivos después, Bregman timbró el 2-0.
Parecía que nadie se esperaba esto, era un ataque tempranero de los Astros que el martes apenas dieron seis hits y anotaron una carrera, pero fueron a la yugular.
Se pensó que los Dodgers iban a estar en la misma sintonía. También empezaron con doblete (Chris Taylor) y tuvieron hombre en segunda y primera, tras golpe a Justin Turner, pero Bellinger fue ponchado; entonces, otro impacto a Yasiel Puig. Casa llena.
Joc Pederson al bat, pero salió una rola a segunda; primera oportunidad desperdiciada.
En el segundo rollo, un hit y un golpe pusieron dos corredores en base, Chris Taylor pegó una línea que salió directa a las manos del shortstop (Carlos Correa), quien completó un doble play en segunda; dos oportunidades falladas.
Tercer inning, con hit y golpe otra vez tuvieron gente en base, pero de nuevo, nadie dio el batazo oportuno: Ponche, fly y ponche.
Cuarta oportunidad. Era el quinto inning y otra vez dos hombres se pusieron en las colchonetas. No llegó el batazo oportuno, así se alcanzó el sexto capítulo.
Los Dodgers volvieron a tener gente en base y aunque llegó un batazo a la hora cero, con sencillo de Andre Ethier, solo anotaron una.
El manejo del pitcheo fue distinto y los locales nunca encontraron la forma de hacer algo, se quedan en casa con las manos vacías, luego de comerse nueve ponches y solo conectar seis hits.