AMLO: ideas consolidadas
Dice una especie de rapero campechano en un video de López Obrador que el candidato de Morena “trae ideas consolidadas”. Tiene razón si nos atenemos a la literalidad de la frase. Por los siglos que duró, por ejemplo, que el mundo era plano, fue una idea bien consolidada.
Ahora AMLO habla de la descentralización. Sin entrar al debate bizantino, por extemporáneo, del error del Constituyente de 1824 de hacer de México una República federal, la realidad es que casi después de dos siglos es el peor de los mundos posibles: un federalismo que ni siquiera es capaz de afrontar el problema de la seguridad pública y un centralismo que no se atreve a confesar el serlo y a partir de ello actuar en consecuencia.
El candidato de Morena propone descentralizar al gobierno federal de Ciudad de México. Para él, eso es descentralizar la riqueza. Sería inútil argumentar frente a una “idea consolidada” el valor de los activos acumulados en la capital del país por el gobierno federal. No solo en edificaciones, infraestructura y telecomunicaciones, sino capital humano. Estos son valores contabilizables y constituyen externalidades positivas que es ocioso discutir con el pueblo bueno. Ciudad de México se ha tercerizado y centralizado por vocación, por inercia, por historia y por error. Todo junto. Eso es un dato a partir del cual se construyen decisiones para hacer de la capital eficaz y eficiente, no para revertir tendencias reales y potenciales de economías a escala.
Uno de los problemas, no menor, de la ambigüedad del modelo de desarrollo de Ciudad de México es el haber sido gobernada a lo largo de su historia por una mayoría de provincianos. Al frente de la ciudad, capitalinos ha habido muy pocos. López Obrador aduce que los sismos del 7 y del 19 de septiembre demostraron la fragilidad de la capital. Al contrario, Ciudad de México demostró su fortaleza. En esos sismos hubo más muertos en Oaxaca y en Chiapas, con una concentración poblacional cientos de veces menor que la capital. Si esa debilidad fuera estructural, gente como la de BBVA Bancomer tendría que estar demente al hacer una torre como la de Reforma y Lieja, por citar solo un caso. El argumento de fondo, indecible por AMLO, es su desprecio a la creación de riqueza, capacidad deteriorada en los últimos 20 años gracias a la falta de inversión y a los programas asistencialistas de eso que se autonombra izquierda.
El petróleo inglés se produce en el mar del Norte, pero los contratos se firman en Londres. En esa analogía, Ciudad del Carmen sería como Aberdeen región cuatro. Uno quisiera ver en qué parte de Ciudad Obregón caben las más de 20 instalaciones masivas de la Secretaría de Agricultura, sin otras consideraciones sobre infraestructura y servicios y los costos que eso conlleva.
En la pretensión de fragmentar geográficamente al gobierno federal, se refleja la esencia del pensamiento lopezobradorista: no importa qué se proponga, lo que cuenta es que lo que unifica a su electorado es ser refractario a cualquier argumento e idea. Llamémosle a las cosas por su nombre: el adversario electoral no es AMLO, sino la gente dispuesta a respaldarlo. M