A ordeñar
Como mucho se sabe, Petróleos Mexicanos (Pemex) ha sido lo mismo un recurso nacional importante que un centro de saqueos de empresarios, sindicalistas y expendedores. Ahora mismo está en la atención por un enésimo agravio.
Un robo consentido, cuantioso, es el pago de 113.6 millones en equipos que nunca utiliza. Ahora con el descubrimiento de un nuevo pozo en tierra que iguala en 51 por ciento las reservas halladas en 2016, Enrique Peña Nieto exalta el hallazgo que se cree trascendental.
El gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, hace saber que habrá una inversión de 4 mil 600millones de dólares para modernizar Tula, que generará 18 mil empleos, entre directos e indirectos.
El regocijo se ve menoscabado por los saqueos y la muerte de saqueadores. En el acosado estado de Veracruz es donde se presenta lo mismo la desaparición de recursos que la mortandad en un estado muy victimado.
Los precios de combustible varían y ya no hay control severo de ellos. Peña Nieto se regocija una y otras veces y dice que “Pemex se vuelve más rico a partir del descubrimiento de este yacimiento”. Los beneficiarios inmediatos son los empresarios que lo usan para generar energía eléctrica en la industria cementera y siderúrgica.
El robo del energético ha traído aparejadas también inconformidades, junto con la protesta de gente que labora en el campo y que denuncian los males por el asalto nacional y por contaminación en territorios agrícolas.
Como sea, el director general de Pemex, José Antonio González Anaya, piensa que la empresa tiene “finanzas mejorables pero estables” y lo califica mejor en los mercados internacionales. Apenas, desde 2012, tendrá un superávit primario, pero la explotación reclama mejores operaciones.
El descubrimiento auspicia expectativas porque se suma al primer pozo exploratorio en aguas someras, perforado por el comercio privado integrado por: Talos Energy, Sierra Oil & Gas y Premier Oil.
El sindicalismo petrolero y los saqueos han tipificado durante décadas la explotación de este recurso. Ahora ya no se puede hablar de un control eficaz, lo mismo de las explotaciones que de las ventas.
En las postrimerías del gobierno federal, la reconsideración de los manejos es obligatoria. El arrumbamiento de drones antiordeña lo quieren explicar porque la empresa no tenía personal en la capacitación de operarios.
El líder petrolero, Carlos Romero, es uno de los principales del cártel sindicalista que confirma la estructuración de los aparatos de poder que han sustentado al priato. Pero el agotamiento del sistema ya es patente y por más que haya expectativas por el nuevo hallazgo, no hay beneplácitos cabales, pues esta industria tiene injerencias fuertes de transnacionales que dan al traste en mucho con la posibilidad de un enriquecimiento pronto y para las finanzas del país. M