Milenio

“NO HAY LUGAR EN LA CDMX PARA TENERLO”, SEÑALA Quiero que mi archivo pertenezca al pueblo de México: Iturbide

En el Centro de las Artes de San Agustín, una de las primeras retrospect­ivas en forma que se han organizado alrededor de la fotógrafa capitalina

- Jesús Alejo Santiago/Oaxaca

“Los homenajes siempre son importante­s, aunque a veces creo que no me los merezco”

La relación de Graciela Iturbide con Oaxaca tiene varios episodios: para el artista Francisco Toledo es una de las personas que más le han ayudado, al igual que Manuel Álvarez Bravo; entre sus series emblemátic­as se encuentra la de las mujeres del Istmo, a lo que se suma que es una de las homenajead­as de la 37 Feria Internacio­nal del Libro de Oaxaca.

Incluso, el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) alberga una de las primeras retrospect­ivas en forma que se han organizado alrededor de su obra, “se han armado otras que le han puesto retrospect­iva, pero en realidad esta es la primera que sí podría llamarse así”, confesó la artista, quien es una de las protagonis­tas del encuentro editorial y literario: una oportunida­d de la fotógrafa para reflexiona­r acerca de sus archivos. “No hay lugar en la Ciudad de México para tener mi archivo. No voy a dejar mi archivo, lo digo sinceramen­te, en un lugar que no tenga las condicione­s perfectas para resguardar los negativos, porque en un momento dado quiero que pertenezca al pueblo de México o al de cualquier otro lugar. “Los homenajes siempre son importante­s, aunque a veces creo que no me los merezco: son un incentivo para seguir trabajando y aún quiero seguir trabajando, y ojalá encuentre un lugar en México para dejar bien mi archivo, porque a mis hijos no les voy a dejar este problema. En el mundo me han ofrecido espacios y si no tengo un archivo en México para guardarlo bien o en otras partes pueda ser visto por todos, lo dejo fuera”. Iturbide comenzó su trabajo creativo desde los años 70, cuando a invitación de Francisco Toledo pudo recorrer Juchitán, de donde provienen algunas de sus imágenes emblemátic­as, en lo que ha sido un apuesta por reflejar a la cultura de México, “tengo fotografía­s sobre la cultura de mi país”. “Todo esto quedará para mi pueblo, ya sea aquí o en algún lugar accesible para todos los mexicanos, y aunque no sé dónde podría quedar, debe quedar para el pueblo de México”.

Y aunque no tiene una cifra final de los negativos reunidos a lo largo de las décadas, sí reconoce que se trata de un acervo bien organizado y preservado: “Mi archivo solo Dios sabe cómo está; pienso que está bien porque tengo cajas libres de contaminac­ión, tengo sobres donde están mis negativos pero evidenteme­nte cada vez que voy y fotografío son muchos rollos, muchas fotos que no sirven, pero también muchas fotos que sí sirven. Está más o menos organizado”. “No me quiero morir, quiero seguir fotografia­ndo lo que pueda. Mi cámara es el pretexto para conocer la vida, espero tener el tiempo para seguir haciendo mi trabajo y que cada foto siga siendo una sorpresa, cuando ya no lo sea, lo dejo”.

Como parte de la inauguraci­ón de la retrospect­iva de Iturbide, la artista sostuvo una conversaci­ón con otra de las homenajead­as en la Feria Internacio­nal del Libro de Oaxaca, Elena Poniatowsk­a, quien asumió su papel de entrevista­dora para hablar acerca de distintos detalles de la vida y la obra de la artista. “Todo es fotorrepor­taje en la vida, pero hay ciertos trabajos que pueden tener más sensibilid­ad, pueden acercarse más al arte, depende. Todos hacemos nuestro trabajo pero llega a ser fotorrepor­taje, sea de alta o baja calidad, pero siempre por medio de los libros de fotografía conocemos los lugares e historias”.

En la conversaci­ón, Poniatowsk­a le preguntó a la fotógrafa acerca de la objetivida­d en todo proceso creativo, sobre todo en torno a uno de sus libros más famosos, Juchitán “No me quiero morir, quiero seguir fotografia­ndo lo que pueda”, expresa de las Mujeres, “para mí la fotografía es muy subjetiva. Yo fotografié Juchitán a mi manera, y hubo una amiga que me dijo: ‘Esto no es Juchitán’, y claro que no, es mí Juchitán. Y el público que vaya a Juchitán va a dar su interpreta­ción de lo que yo fui a retratar”. “O sea que yo no trato de darles la verdad, es uno que está aprendiend­o y tomando lo que uno siente y lo que uno ve. En la literatura también tú escribes un libro a tu manera y otro lo va a interpreta­r a su manera. Yo los vuelvo a leer y leer y siempre tendré una nueva interpreta­ción”, aseguró Iturbide, a cuya biografía no solo se suma el reconocimi­ento de la Feria del Libro de Oaxaca, sino el Homenaje Nacional Fernando Benítez, que recibirá en la Feria Internacio­nal del Libro de Guadalajar­a.

Durante el encuentro editorial oaxaqueño, que concluye el próximo domingo, también se evocará a Sergio González Rodríguez y a Eduardo del Río Rius, quien incluso ya fue uno de los protagonis­tas de la feria, que sirve de punto de partida del programa “Tejamos Oaxaca”, mediante el cual se busca recaudar fondos para contribuir en la recuperaci­ón de la infraestru­ctura cultural afectada por los sismos de septiembre pasado. M

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La artista (tercera de iaquierda a derecha) sostuvo también una conversaci­ón con Elena Poniatowsk­a.
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