Los Vaqueros jugaron una balanceada segunda mitad para imponerse 28-17 a Kansas City
Los Vaqueros aprendieron de los juegos anteriores y tuvieron una segunda mitad sólida y con ello le pegaron a uno de los rivales más duros de la AFC
Parecía que se iba a repetir la historia, pero no, ahora sí los Vaqueros supieron responder a los ajustes que hizo el rival. Y su mejor no fue frente a cualquier equipo, sino un duro sinodal que bien los pudo poner en la lona y no dejarlos levantar. Esas son buenas noticias para los Vaqueros y más sabiendo la competencia que tiene en su división (Filadelfia) y en la conferencia.
El panorama estaba así. Dallas anotó en una serie rápida y tomó ventaja de 14-3, dejando solo 13 segundos en el segundo cuarto. Parecía que el juego se iba así al medio tiempo, pero en una extraña jugada, Tyreek Hill les anotó con un pase corto en el que recorrió 56 yardas hasta anotar. Aunque tenían ventaja, los Jefes se acercaron e iban a recibir el balón al iniciar la segunda mitad. Y Kansas City empezó con una sólida ofensiva en la que recorrió 62 yardas para anotar y ponerse al frente 17-14. Así, cuando los Vaqueros volvieron a tener el balón ya perdían.
¿Cómo respondieron a ese momento tan importante? Con la misma moneda. Eso le envió un claro mensaje a los Jefes, a sus fans y a ellos mismos. Después de aceptar 14 puntos ellos armaron una serie de 12 jugadas, 75 yardas que con 5:37 minutos les dio la ventaja de nuevo.
Semanas atrás en la segunda mitad (contra Carneros y Green Bay), dejaron ir el juego. Ahora no.
“Hicimos un gran trabajo. Teníamos esa ventaja y nos die- ron la vuelta, pero pensamos, ‘dejemos eso atrás, vamos a ver lo que viene, lo que tenemos que hacer. Los muchachos demostraron gran fortaleza mental ante esa situación, lucharon y eso fue parte clave para definir este juego”, fueron las primeras palabras del head coach de los Vaqueros, Jason Garrett.
Y con eso comenzó la conferencia de prensa porque fue un momento clave en el juego contra un equipo que después de cinco triunfos al hilo al inicio, ha perdido tres de los últimos cuatro duelos y llegaba con una urgencia de triunfo. Y los que se cayeron fueron los Jefes.
Después de ese inicio tan sólido de la segunda mitad, Kansas fue borrado. Primero los detuvieron en tres jugadas y luego Dallas montó un espectáculo de 6:46 minutos que recorrió 87 yardas para anotar. Luego vino una intercepción en terreno rival. Esa es la fortaleza mental a la que se refería Garrett.
“Hace unas semanas, a pesar de las derrotas, sabía que íbamos en la dirección correcta, donde queríamos estar. Aún no llegamos hasta donde queremos, pero definitivamente estamos más motivados y cómodos con lo que estamos haciendo”, explicó el quarterback Dak Prescott, quien tomó al equipo y lo hizo ganar cuando tuvieron la presión y terminó con 249 yardas, dos pases de TD y un acarreo de touchdown.
Ahora Dallas viaja a Atlanta para enfrentar a unos alicaídos Halcones, una gran oportunidad para dar otro mensaje positivo.