Sepultan el mito del descenso de Kukulcán de Chichén Itzá
Arqueólogos plantean que no existe evidencia de que los mayas construyeran la pirámide conscientemente para recibir los equinoccios
Sin que ningún estudioso o investigador de la cultura maya los desmintiera, los arqueólogos Pedro Francisco Sánchez Nava e Ivan Sprajc plantearon que no existen vestigios arqueológicos o evidencia epigráfica que den cuenta de que los mayas construyeron conscientemente la pirámide principal de Chichén Itzá para recibir los equinoccios, por lo que, aseguraron, el descenso de Kukulcán, con ese fin, es un mito.
Al participar en el primer día de trabajo de la VIII Mesa redonda de Palenque, los expertos explicaron que este planteamiento es producto de una investigación de largo aliento que iniciaron en el altiplano central en un día de 1994, pero que a partir de 2010 la emprendieron en distintas regiones de Mesoamérica con resultados satisfactorios. “Es el famoso juego de luz y sombra en Chichén Itzá desde hace varias décadas, después de que lo escribía Luis E. Arochi en su obra La pirámide de Kukulcán, y Rivard lo expresara en 1969. Ellos propusieron que ese fenómeno fue diseñado por los mayas, es decir, que El Castillo era resultado de un diseño consciente con el que querían registrar los equinoccios, interpretado así como el descenso de Kukulcán, ya que el fenómeno es sobre todo muy vistoso, pues sucede en la escalinata norte, la única de las cuatro que tiene conservadas las cabezas de serpiente en sus bases”, detalló el arqueólogo estadunidense Iván Sprajc.
A partir de esos planteamientos y la cultura del New Age, este fenómeno se ha vuelto muy popular, ya que en los último años la zona arqueológica de Chichén Itzá recibe a miles de visitantes que acuden al sitio en los equinoccios, sobre todo en el de primavera, para presenciar este hecho”.
Lo que encontraron los investigadores es que previa y posteriormente al equinoccio de primavera, del 15 al 29 de marzo, durante todos esos días se registró el descenso de Kukulcán, de acuerdo con material fotográfico que se tomó cada cinco minutos, a partir de las 14:00 horas y hasta la puesta del sol. “Creo que a nivel institucional podría replantearse la romería durante los equinoccios y distribuir un poco mejor la afluencia a los sitios arqueológicos”, dice Sprajc.
El resultado de esta investigación es que Chichén Itzá puede visitarse cualquier otro día, si lo que se quiere es ver el “descenso de Kukulcán”, a través de las sombras de los triángulos escalonados, lo que tendría efectos benéficos para la conservación del patrimonio arqueológico.
Hasta donde se sabe, precisaron los expertos, los equinoccios no tenía ningún significado en Mesoamérica; los mayas, al parecer, no tenían noción del equinoccio tal y como lo define la astronomía moderna; de hecho, hay muchas culturas antiguas del mundo que no tenían concepto alguno del equinoccio.
Inauguran Mesa de Palenque
El gobernador de estado de Chiapas, Manuel Velasco, junto con Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) inauguraron la VIII Mesa Redonda de Palenque, tras evocar a la investigadora que impulsó este encuentro desde sus orígenes, Merle Greene Robertson; y sumarse al homenaje luctuoso a Roberto García Moll, quien dirigió proyectos importantes en Yaxchilán y en Palenque.
La mesa redonde se desarrollará del 6 al 9 de noviembre, en la ciudad de Palenque, en Chiapas. m