Agatha Christie estaría orgullosa
Comienza la temporada en la que poco a poco nos llegarán pequeñas cintas de gran contenido y grandes cintas que venden muchas palomitas. De pronto nos topamos con algo como Coco que logra las dos. Maravilloso, pero entre los blockbusters y las películas de festival existe otro tipo de filme que sí nos llega a México y que, de estar bien hecho, puede ser un absoluto placer para todos los sentidos. La nueva versión de Asesinato en el expreso de Oriente es precisamente ese tipo de película.
Cuando muchas nos enamoramos de Kenneth Branagh al hacer Mucho ruido pocas nueces (con su entonces esposa, Emma Thompson) quizá ya presentíamos que el que para muchos es considerado el heredero artístico de Laurence Olivier nos regalaría muchos años de clásicos que nos harían olvidar el presente. Cómo se agradece eso en ciertos momentos. Aunque la realidad a la que nos lleva en esta ocasión es la investigación del legendario Hércules Poirot (probablemente el mejor detective del mundo) respecto a cuál de los 13 pasajeros varados en los vagones de primera y segunda clase realmente asesinó a un bueno para nada. Ah, con el tren varado en las montañas gracias a una esplendorosa avalancha, por cierto. Esto nos dijo el director cuando le preguntamos cómo era hacer una cinta así para un público que piensa que investigar es entrar a Google.
“(Risas y una breve pausa), Bueno, estás atrapado en una estructura análoga. El frío te puede matar. El acantilado podría colapsar. Hay un asesino a bordo y puedes creer que es cualquiera. Así que con alguien como Poirot, ves sus capacidades de deducción de una manera más directa. Mucho tiene que ver con la intuición y saber de la gente. Cuando los ve de cierta manera”.
Y es que al estilo de la gran escritora de misterios, Branagh logra, con algunas adaptaciones que él también agregó al script, detenerse en ciertas miradas, frases, pausas, para deducir lo que parece imposible. “Ser tecnológicamente libre en esta investigación fue verdaderamente un placer”, reafirmó.
Es difícil decir esto, porque la cinta de Sidney Lumet (1973) tenía talentos como el de Lauren Bacall, Albert Finney, Sean Connery e Ingrid Bergman. Pero ahora Ken (como le dicen sus amigos) no se queda atrás con la majestuosa Judi Dench, Michelle Pfeiffer, Willem Dafoe, Penélope Cruz, Johnny Depp, Leslie Odom Jr. (de Hamilton), pero más allá de la nostalgia estoy convencida de que esta versión está a la altura de la original. Y así es como lo hizo el director, que también se dirige en el personaje protagónico.
“Hablé con cada uno de ellos individualmente y hablamos mucho de los personajes, pero no ensayamos mucho. Les dije: ‘Podría parecer que estamos siendo demasiado clásicos y quiero que lo que ellos sienten por dentro se sienta muy espontáneo. Y peligroso. Nunca ensayamos, siempre filmamos directamente, porque tienes histriones de absoluto pedigrí aquí. No es que no vayan a tener algo listo. También quieres la oportunidad de aprovechar el caos potencial de cuando ya están juntos”.
Para ser honestos, hubiera deseado ver la película sin saber el desenlace del libro, pero fue hace más de 25 años que pasé por mi etapa de Agatha Christie y agradezco mucho que aún me puedan sorprender con historias que son parte de nuestra vida y fantasía. Qué mundos aquellos. Ya saben, cuando casi siempre se encontraba al culpable.