El desplome inesperado
En los últimos tres partidos América no ha tenido buenas sensaciones, su juego ha sido de bajo nivel, con dudas defensivas y falta de tino en ataque
El semblante de Miguel Herrera, en la sala de prensa del estadio Azteca el pasado sábado, fue revelador, cada gesto evidenció que la molestia del entrenador de América salía por cada uno de sus poros. Su discurso, después del empate a un gol entre su escuadra y Puebla, fue autocrítico, pero también apuntó a la plantilla, a la que Miguel no reconoció en el campo de juego, porque ante La Franja su equipo fue irreconocible.
En la recta final se esperaba que las Águilas dieran un paso al frente, pero en lugar de avanzar, retrocedieron. Después de la victoria contra Chivas se dijo que el equipo no caería en un estado de euforia, pero en las últimas citas no ha logrado mantener el pulso, algo que ya desde el juego con el Rebaño Sagrado se advirtió y que incluso el mismo entrenador americanista reconoció que su conjunto no había jugado bien, pero que le había alcanzado para ganar con la pegada que tuvo en ataque.
Sin embargo, en los últimos compromisos tampoco ha mostrado esa condición, el equipo luce vulnerable en defensa y adelante sus artilleros tienen la pólvora mojada. El flujo de juego es pobre y se estancan antes de llegar a la tierra prometida. No encuentra el punto de reacción el equipo que ya suma tres partidos sin victoria en la Liga y en 270 minutos apenas registra un gol, una situación que empieza a alarmar, porque antes se acusaba solo la falta de tino, pero ahora desde la dirección técnica se ha señalado directamente al comportamiento del bloque, que los automatismos no fluyen, que no se es un solo ente, no hay esfuerzo colectivo. En síntesis, el equipo no luce como tal.
Y es que América se ha complicado la vida por sí solo, el equipo del Piojo tuvo la calificación a tiro de piedra desde hace un par de semanas, pero no la pudo ganar de manera directa, sino que el pasaporte a la Liguilla le llegó de rebote por la derrota de Necaxa con Tigres. Como sea, primer objetivo cumplido para los americanistas que tienen mucho margen de mejora. Miguel Herrera sabe lo que le duele a su equipo, está en él y su grupo dar con el remedio.