Miguel Espinosa Armillita Chico falleció este lunes a los 59 años. Su última faena fue en 2005
Aunque dejó los ruedos en 2005, Miguel Espinosa nunca fue olvidado y desde ahora será recordado eternamente
Fueron 28 años de alternativa. Fueron 28 años de elegancia, naturalidad y carisma dentro y fuera del ruedo; 28 años de deleitar hasta a los más exigentes con esa mano izquierda natural. Su ADN era totalmente taurino. En cada respiración exhalaba la magia construida por la dinastía Armillita. Gran peso cargaba de esa historia creada por el iniciador, el saltillense Fermín Espinosa Saucedo, seguida por su hermano Juan Espinosa que continuó con sus hijos Fermín, Manolo y Miguel, y en la actualidad con el nieto, Fermín IV.
Se fue del mundo terrenal Miguel Espinosa y ahora está en los ruedos celestiales, a donde perteneció desde que tomó su primera bocada de aire. El momento de mostrar lo que traía llegó con su ansiado debut como novillero en Jiquilpan, Michoacán, el 16 de noviembre de 1975. Ahí alternó con los novilleros Javier Tapia El Cala y Miguel Munguía El Inspirado, con ejemplares de Armillita Hermanos.
Tomó la alternativa un 26 de noviembre de 1977 en la Plaza Santa María de Querétaro, de manos del legendario diestro Manolo Martínez y testimonio del también destacado Eloy Cavazos y del español José María Manzanares.
Después de eso todo fue disfrutar y hacer disfrutar a los que se congregaban en cientos o en miles para verlo hacer magia, para ver esa personalidad que lo hizo una de las últimas figuras importantes del toreo en México, en Iberoamérica.
No importaba el nombre o el tamaño del coso donde pisaba el ruedo. Llámese Aguascalientes, donde nació, donde lució y donde murió, llámese Plaza México o llámese la Monumental Plaza de Las Ventas de Madrid. Su tamaño estaba a la altura de todo sitio.
Un año y tres meses después de su alternativa confirmó su doctorado en La México un 18 de febrero de 1979, de manos de su padrino, el mexicano Mariano Ramos, ante el testimonio del español Pedro Gutiérrez Moya El Niño de la Capea.
“Se recordará por siempre, porque toreros con esa elegancia, con esa naturalidad ya no los hay”, declaró Jorge Delgado Evodio, presidente de la Academia Taurina Municipal de Aguascalientes (ATMA) y amigo de la familia de Miguel.
Su legado nadie lo ha puesto en duda porque formó parte de la historia de México. El 19 de septiembre cumplió 59 años de edad y 49 días después se fue.