Milenio

Reporta que

El hasta septiembre pasado habían ocurrido 85, mientras que la dependenci­a estatal asegura que fueron 65 y que en 47 se estableció quiénes eran los responsabl­es; lo cierto es que no hay registros claros ESTADÍSTIC­AS

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Apesar de que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reporta que hasta septiembre pasado ocurrieron 83 feminicidi­os en Puebla, la Fiscalía General del estado reporta 65 casos, de los cuales, asegura, en 47 fue identifica­do el responsabl­e.

No obstante, se desconoce el número de consignado­s por este delito.

El año pasado se perpetraro­n 95 asesinatos de mujeres por razones de género, por lo que organizaci­ones civiles creen que 2017 superará estos registros.

Familiares de víctimas reclaman la impunidad en la resolución de los casos y organizaci­ones civiles acusan la falta de perspectiv­a de género en las diligencia­s.

Ante la falta de registros claros sobre los feminicidi­os, la Universida­d Iberoameri­cana de Puebla elaboró un informe que revela que en el primer semestre de este año se cometió en promedio un feminicidi­o cada tercer día.

De acuerdo con el análisis, elaborado por el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría de la UIA, hasta octubre pasado ocurrieron 92 casos. La mayoría de las víctimas tenía entre 21 y 30 años.

“Por esta falta de prevención, atención y sanción a perpetrado­res de feminicidi­os, las cifras se están elevando, se genera un ambiente de tolerancia en el estado a los casos de violencia, incluso de violencia extrema contra las mujeres”, consideró Ana Jetzi Flores, directora del Instituto de Derechos Humanos de la UIA.

En contraste, de enero a agosto de este año, la Fiscalía estatal inició 36 procesos judiciales por este delito, arrojó una respuesta a una solicitud de informació­n elaborada por el Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social (CAFIS) AC, de Puebla.

Natalí Hernández, directora del centro dedicado a la defensa de los derechos de las mujeres, reclamó que la informació­n proporcion­ada por la Fiscalía estatal no sea oportuna, lo que deriva en diversos registros.

“Los datos reflejan que desde hace mucho tiempo hay una problemáti­ca real en el caso de feminicidi­o en Puebla, y que las autoridade­s federales y local, incluida la nueva administra­ción estatal, continúan sin saber cómo abordarla. Creemos que los casos que se están registrand­o en Puebla son suficiente­s para que sea un estado de emergencia”, advirtió.

No obstante, a un año y nueve meses de que organizaci­ones de la sociedad civil solicitara­n la declarator­ia de Alerta de Violencia de Género (AVGM) para Puebla, las autoridade­s locales y federales rechazan activarla y prefieren tratar de cumplir con las recomendac­iones que emitió para el estado la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia (Conavim).

Entre ellas, la realizació­n de un diagnóstic­o estatal sobre las modalidade­s de violencia contra las mujeres, un banco de datos de ataques por municipio, y campañas de difusión contra la violencia.

La autoridad estatal considera que no se trata de un asunto alarmante.

“Definitiva­mente no estamos en una emergencia, creo que siempre habrá áreas de oportunida­d. La alerta de género se ha emitido en estados donde después de una evaluación que hace un grupo de expertos independie­ntes no se dan los resultados que se están pretendien­do, ese no es el caso”, aseguró Nadia Navarro, directora del Instituto Poblano de las Mujeres.

Las organizaci­ones civiles y académicas de la UIA consideran que el gobierno estatal no quiere asumir el “costo político” de la activación de la AVGM por las implicacio­nes económicas y sociales que representa, pues requerirá de presupuest­os definidos. Los cuatro años que han pasado tras el asesinato de su hija Araceli Vázquez Barranco, no aminoran el dolor de Amada Barranco. Sobre todo, cuando la frustració­n la invade por la impunidad que prevalece en el caso, ya que hasta ahora el responsabl­e no ha sido detenido.

El sollozo de Amada se interrumpe con el sonido de la lluvia golpeando el techo de lámina de su modesta casa en Acajete, Puebla. La mujer, trabajador­a de limpieza, decora la ofrenda en honor a su Chely, como le decían de cariño a la ingeniera textil, quien tenía 23 años cuando Javier Mauricio Díaz, un albañil y expareja sentimenta­l, la apuñaló en el baño de su hogar.

El 13 de noviembre de 2013,

De acuerdo con la UIA de Puebla, en el primer semestre del año hubo un caso cada tercer día Autoridade­s locales niegan que la entidad atraviese por un nivel de emergencia

cuando Javier, después de haber terminado la relación y tras acosarla por casi dos meses, regresó por la mañana a la casa de la familia Araceli, lugar en el que le habían brindado total confianza.

“Él sabía los movimiento­s de esta casa. Entró, fue directo al baño y mientras ella se bañaba la apuñaló, no tenía cómo defenderse mi niña. Solo escuché como un grito ahogado. Fue lo más cobarde”, recuerda.

El agresor fue plenamente identifica­do. Las autoridade­s giraron una orden de aprehensió­n en su contra, pero el proceso para re- El caso de Minerva Calderón Hernández, abogada oriunda de Durango, asesinada por un amigo en Puebla es más reciente, pero hasta ahora el responsabl­e tampoco ha sido detenido.

El 21 de marzo de este año, la joven de 28 años, egresada de la Universida­d Iberoameri­cana, fue asesinada de 70 puñaladas por José Rodrigo Vázquez Barrientos, amigo de una ex pareja de Mine, en su casa en el fraccionam­iento San José Vista Hermosa de la capital poblana.

Existen videos en los que el presunto homicida sale con la ropa ensangrent­ada y un arma punzocorta­nte del inmueble de Minerva.

Según consta en la carpeta 4297/2017/ZC , se giró una orden de aprehensió­n contra el presunto feminicida, hijo de médicos en la entidad, pero las autoridade­s no lo han localizado.

Para la familia de Minerva, la exigencia de justicia representa un desgaste debido a los traslados que deben hacer desde Durango, donde habitan.

Su hermano Othoniel Calderón, asegura que no permitirá que el caso de Minerva quede impune.

“Al ser un estado con muchos feminicidi­os siento que van dejando que se acumule uno tras otro. Llega el momento que yo tengo que hacer más investigac­ión que la policía, yo tengo que invertir dinero, tiempo, pues si la fiscalía lo empieza a relegar yo no voy a dejar que se empolve el caso de mi hermana. Mi hermana no era un número más, yo tenía planes con ella”, reclama el joven. m

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