Convocatoria a modo, fiscal electoral a modo
Ayer la sesión plenaria del Senado se suspendió por falta de quórum. Esto ocurrió cuando se votaba, mediante tablero electrónico, la convocatoria para elegir al nuevo titular de la Fepade. Se registraron 60 votos, 57 a favor y tres abstenciones. Si nada extraordinario ocurre, este tema concluirá el próximo martes 14 de noviembre y el Senado aprobará la convocatoria para la elección del fiscal electoral, que sustituirá a Santiago Nieto Castillo, cuyo resultado final será la designación de un titular de la Fepade, que tendría como misión principal facilitar la estrategia electoral al gobierno federal, al PRI y a sus aliados.
La convocatoria que el Senado pretende aprobar está muy lejos de fortalecer a la Fepade o de garantizar la adecuada y expedita procuración de justicia electoral. Con esta convocatoria, tal parece que los mapaches electorales, los operadores políticos, los gobernadores, los servidores públicos corruptos, esos que desvían enormes cantidades de recursos y reparten tarjetas de todos los colores, tendrían las manos libres para actuar a sus anchas en las elecciones del próximo año.
Ante la remoción de Santiago Nieto, el Senado de la República tenía la oportunidad de mandar un mensaje de responsabilidad y certeza a la Nación. Primero, ejerciendo exhaustivamente sus facultades de objeción a dicha remoción y, segundo, aprobando un proceso de elección transparente del nuevo fiscal, y como lo hemos denominado, de apertura total a la sociedad. Ninguna de las dos cosas ocurrió. El Senado no ha emitido su posición respecto a la actuación del encargado de despacho de la PGR en la remoción de Santiago Nieto y pretende aprobar una convocatoria que deja amplias lagunas para la opacidad y los arreglos políticos.
Con la misma fiereza que caminamos los primeros días, después de la remoción de Santiago Nieto, deberíamos caminar para poder elegir un fiscal electoral que sea autónomo e independiente. Debemos tener claro que el régimen de nombramientos en las Cámaras del Congreso de la Unión no satisface a la sociedad, no hay confianza en las designaciones y en el régimen que la propia Constitución establece para hacer esos nombramientos. ¿Acaso hay confianza en los nombramientos que salen desde el Senado de la República, desde la Cámara de Diputados o desde cualquier otro órgano con competencia para ello? La respuesta es sencilla: no la hay.
La convocatoria que se estaba votando debió haber sido otra: una que incluyera procedimientos de apertura completa a la sociedad. Pero eso no ocurrió, lo que prevaleció fue un acuerdo entre los grupos parlamentarios, perfectamente válidos, perfectamente legítimos, pero que no satisfacen a la ciudadanía.
La convocatoria que pretenden aprobar y que normaría el proceso, no garantiza una revisión exhaustiva y meticulosa de las propuestas que se presenten, es poco transparente, la sociedad solo participa tangencialmente y abre el espacio para un simple reparto entre los grupos parlamentarios. Observo que el siguiente acuerdo será el de aprobar la Ley de la Fiscalía General de la República, para hacer la transformación de Procuraduría a Fiscalía, y poner en marcha el procedimiento que el artículo 102 constitucional prevé.
Al final del día, la forma y el fondo de lo que significó la remoción del anterior fiscal electoral y el nombramiento de uno nuevo deja en evidencia que Morena y el PT son la única oposición real; el resto de las fuerzas políticas, que al principio se opusieron, estaban motivadas por su exclusión del acuerdo, cuando esto se logró, permitieron la transgresión del proceso legislativo de objeción y apoyan la aprobación de esta convocatoria para la elección de un fiscal a modo. Los hechos hablan por sí solos. M