Hallan ventana terapéutica para frenar tumor cerebral
Un experimento realizado en roedores bloquea la proteína TRD1
Un equipo español de investigadores logró frenar el crecimiento de glioblastoma —un tumor cerebral que se encuentra entre los más letales y difíciles de tratar— en modelos de ratón bloqueando la proteína TRD1, lo que podría representar una nueva opción terapéutica, indicaron los responsables del Grupo de Telómero y Telomerasa (GTT) del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid.
Los responsables del hallazgo, publicado en la revista Cancer Cell, indican que la esperanza de vida media de los pacientes con glioblastoma es de 14 meses y que este tumor cerebral es capaz de esquivar y sobreponerse a las escasas opciones terapéuticas que existen.
En especial, es conocido por su capacidad para regenerarse, ya que entre las células que lo componen hay una población con características similares a las células madre, llamadas células madre del glioblastoma, que pueden reproducir el tumor completo a partir de una de ellas y estas son la piedra angular del glioblastoma, la cual es una de sus señas de identidad.
Otra de las características del glioblastoma es que tienen niveles muy elevados de la proteína telomérica TRF1, que además de ser esencial para la protección del telómero —estructuras encargadas de proteger los extremos de los cromosomas— es necesaria para mantener la capacidad que tienen estas células para regenerar el tumor. “Sabemos que TRF1 se expresa especialmente en las células madre o stem así que pensamos que sería interesante ver qué ocurría en los tumores con muchas células stem al bloquear TRF1”, explicó María Blasco, jefa del GTT y principal autora del trabajo. “Lo primero que vimos es que la TRF1 está sobreexpresada tanto en glioblastoma de ratón como en muestras humanas, lo cual nos indicaba que bloqueándolo tal vez podríamos conseguir algún resultado”, señaló por su parte Leire Bejarano, otro de los investigadores españoles.
Visto esto, ambas científicas pasaron a trabajar con modelos de ratón; tanto al eliminar la TRF1 durante la iniciación tumoral, como bloqueándolo una vez que los glioblastomas estaban formados.
“Con ambas estrategias —explicó Bejarano— hemos conseguido un aumento de la supervivencia de los ratones”; en el primer caso aumentaba 80 por ciento y 33 en el segundo.
Después pasaron a trabajar con células de tumores humanos, para ello injertaron células madre del glioblastoma derivadas de dos pacientes en ratones, y los trataron con una serie de compuestos desarrollados en el CNIO que inhiben la TRF1.
En comparación con los animales tratados con placebo, aquellos que recibieron este tratamiento mostraron una reducción del crecimiento y tamaño del tumor. m