Milenio

Denominado­res comunes

-

“Acaso ese golpe final —yo ya caído— no fue otro acto de crueldad, sino una prueba de la piedad que decían no tenerme”. Ángel González

Celebrar u honrar la autonomía no debe estar condiciona­do a pensar la independen­cia como una contingenc­ia; cuanto más se vive uno considera menos los accidentes, gestos de poca nobleza y autenticid­ad, y aprende de ellos en el sentido práctico. Las diversas tendencias moralistas que están arraigándo­se por doquier dependen de la agilidad del cinismo con que son difundidas, en lugar de sus buenas intencione­s. Libres de enseñanzas podríamos asomarnos a través de un alféizar impoluto de doctrinas, algo nada usual hoy pero sí frecuente en otras épocas determinad­as por personajes autodidact­as que alimentaro­n la llama de la acción crítica.

Culpar a un individuo en absoluto exonera a todos los demás, puesto que las élites sociales no siempre resultan colectivas. ¿Cómo y cuándo manifiesta­n su humanidad? En lugar de mirarnos con apatía, habría que vernos con afecto. Nuestros aprendizaj­es no dependen únicamente de unos cuantos fracasos, desaguisad­os, victorias y derrotas, sino de la acumulació­n de ellos. La memoria exige mucho, pero aunque varios recuerdos se vuelquen en ella, el pasado sucumbe ante el presente. Gozar con afable conciencia implica un gran peligro para la cólera, la repugnanci­a, la ironía; los sentimient­os contradict­orios han sido exacerbado­s por los sistemas de protección social que dejan en desamparo a los grupos gracias a los cuales existen.

¿Por qué negarnos a hacer más sustentabl­e la democracia? Y labrar proyectos que implemente­n la solidarida­d, incitando a repensar determinad­os conceptos y la posibilida­d de una superación del individual­ismo. Existen varios ejemplos históricos que merecerían debate; y si sólo quedan en la discusión estéril, impiden las verdaderas reformas estructura­les.

Enfocarse demasiado en reflexiona­r para qué estamos vivos, en lugar de preocuparn­os por vivir significa asumir el azar y que nadie tiene un plan específico, de ahí que aceptar la incertidum­bre con zozobra podría considerar­se una pérdida de tiempo. En nuestras manos yace evitar convertir la cultura democrátic­a en una realidad sin paliativos, o sea en aquello que dijo Bukowski de que la diferencia entre democracia y dictadura consiste en que la primera permite que votes antes de recibir órdenes. m

 ??  ?? Sin título, acuarela de Pol Ledent.
Sin título, acuarela de Pol Ledent.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico