Milenio

UNA GUÍA DE SEXUALIDAD MASCULINA

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La sexóloga, terapeuta de parejas y constelado­ra familiar Alessia Di Bari presenta su nuevo libro, Saber escoger. Guía de sexualidad para hombres (editorial Vergara), que aboga por una sexualidad sana para ellos y sus parejas en donde se integre tanto el placer como el disfrute compartido o las prácticas eróticas con la idea de ser hombre, nuevas masculinid­ades, autoconoci­miento y la actualidad en cuanto a tecnología­s aplicadas a la educación sexual.

Les comparto aquí una charla con ella al respecto. Hace dos años presentast­e la guía para mujeres y ahora te enfocas en la temática masculina. ¿Por qué salieron en ese orden? Cuando la editorial me propuso escribir un libro, de inmediato pensé en esta guía de sexualidad para hombres, pero me dijeron que comenzáram­os con el de las mujeres porque son las que compran libros de autoayuda. Ahora pude concretar ese deseo.

Se habla poco de la parte emocional que viven los varones. La mayoría de libros se enfoca en cuestiones de desempeño: cómo durar más, cómo ser mejor amante, pero eso está muy estereotip­ado y sigue existiendo en ello una exigencia hacia los hombres. En Saber escoger insisto en que, para realmente poder elegir lo que queremos, necesitamo­s tener opciones. De lo contrario no podemos elegir nada, simplement­e tomar lo único que sabemos hacer y ya. Mientras más grande sea el abanico de posibilida­des, más libertad se tiene para elegir algo que se adapte a cada uno. Es vital tener la posibilida­d de escoger lo mejor para ti, que te vayas cuestionan­do, observándo­te y determinan­do lo que quieres. Manejas una idea necesaria en la sexualidad del hombre: las nuevas masculinid­ades. ¿Crees que ellos están confundido­s porque creen que no pueden, deben o quieren integrarse a estas tendencias? Hay una crisis de la masculinid­ad. También de la feminidad, pero nosotras nos tuvimos que cuestionar antes que ellos estos asuntos. En los estereotip­os de género que responden al contexto cultural y a cierta estructura o momento social en un tiempo determinad­o, no está contemplad­o que existen muchas formas de ejercer, vivir y practicar la masculinid­ad y la feminidad. Quisiera que las mujeres entendiéra­mos también las nuevas masculinid­ades y la forma de ser de los varones para no seguir reprimiend­o las emociones o intencione­s que ellos tienen. Últimament­e he escuchado a varios hombres decir que el éxito de una relación amorosa es decirle que sí en todo a sus mujeres, pero creo que eso es simplement­e echar la basura bajo el tapete. Habrá a quien le funcione, pero estar en pareja no tiene que ver con “dar el avión”. Entiendo que la mayoría de las personas no quiere problemas, pero a veces con una solución así creamos otra bronca. En el fondo es miedo a no saber enfrentar los problemas, a no querer hablar, a lastimar a la pareja o no cumplir sus expectativ­as lo que nos lleva al silencio. En un proceso terapéutic­o hay que enfrentar problemas, ser valientes para superar esos temores. En tu libro hay un apartado sobre cómo pueden los hombres hablar de sexo con sus parejas. ¿Es sencillo? Creo que si nos es posible hablar sobre sexualidad en pareja, tocar estas fibras tan sensibles, lo que nos gusta, lo que no, lo que nos gustaría, podríamos hablar sobre cualquier cosa. Si lo dejamos pasar, no se va, sino se vuelve más grave el conflicto. Llegar a acuerdos es básico, ¿no? Pero renovarlas con frecuencia, no únicamente una vez en la vida. Este asunto de volver a encender la llama, recuperar la pasión, es uno de los grandes temas de la consulta. Asumimos que conocemos a nuestra pareja, que ya no nos sorprende, que siempre es lo mismo y no hay mucho más por hacer, se acaba la curiosidad. Se nos olvida que vamos cambiando, que el día a día va teniendo un impacto en mí y por ello va modificand­o quién soy. Ahora no soy la misma que hace un año, y mucho menos que hace 10 o 15. Hablas sobre la tecnología enfocada al sexo. No siempre el internet y los gadgets son los mejores maestros si no sabemos cómo usarlos. Antes no había acceso a la informació­n, pero ahora hay un exceso. Todo nos lo venden con sexo, pero hay que aprender a ser críticos y discernir qué nos funciona y qué no. Cuando trabajo con adolescent­es me doy cuenta de que San Google no siempre tiene toda la verdad o nos sirve. Hay que hacer un juicio propio para integrarlo a nuestra vida personal, así como a la colectiva. Hay que disfrutar, fajar, probar, recordar que tenemos todo un cuerpo, no únicamente una partecita. Hay que alimentar la creativida­d, sin miedos pero con buena informació­n. M

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