SU FORTALEZA. ANTE LA POCA EFECTIVIDAD AL ATAQUE, LA DEFENSA DE AMÉRICA HA DADO LA CARA
Ante la falta de gol, el América del Piojo Herrera ha priorizado el orden defensivo en los últimos partidos
América salió vivo del estadio Azul, lo hizo porque todo el partido ante La Maquina mantuvo la tensión en su zona defensiva. Los jugadores celestes se estrellaron una y otra vez, y cuando lograban algún desborde o una anticipación en algún centro, ahí estuvo Agustín Marchesín para salvar en al menos tres ocasiones a las Águilas, una escuadra que pasa un momento de penumbra en ataque, una oscuridad que lo ha llevado a refugiarse en su aparato defensivo.
Fue justamente en el estadio Azul, hace más de un mes en el partido de la Jornada 13, donde América mostró una versión solvente en ataque, después de ese juego del 14 de octubre que ganó por 1-3, el equipo ha venido a menos, las bajas de juego se acrecentaron y las lesiones empezaron a mermar al equipo. El volumen de los de Coapa cayó de forma considerable, le costó encontrar la ruta del gol, aunque en el club seguían viendo que había ocasiones, pero la realidad es que al frente no había capacidad de creación y de resolución.
La historia no cambió en los compromisos posteriores y se esperaba que con la llegada de la Liguilla se cambiara el chip, pero no pasó. En el juego de ida de los cuartos de final se vio un América plano en ataque. Se podrá decir que con la expulsión de Mateus Uribe las Águilas pasaron a ser más precavidas, pero lo cierto es que cuando estaban en igualdad de condiciones, el equipo del Piojo tampoco tuvo un buen rendimiento ofensivo. Desde las primeras pulsaciones dejó claro que atacar no sería la prioridad y cuando tuvo la máxima oportunidad, falló desde el manchón penal. Esos tiros se han convertido en una pesadilla.
“Nos comportamos defensivamente bien, mientras mantengamos el cero, el equipo puede tener oportunidades, las hemos tenido, fueron pocas sí, pero había un hombre menos”, comentó el Piojo al final del partido del jueves.
Y sí, la resitencia de las Águilas fue destacada, con dos partidos jugados ante La Máquina en lo que va del semestre, Miguel Herrera sabía que Cruz Azul buscaría sacarse la espina.
El dibujo inicial fue con línea de cinco en el fondo: Paul Aguilar, Edson Álvarez, Pablo Aguilar, Bruno Valdez y Carlos Vargas, fueron los elegidos para detener a la ofensiva celeste. Cuatro de ellos habían jugado en el partido de la Jornada 13, salvo Carlos Vargas. El joven de 18 años entró en lugar de Miguel Samudio para jugar por la lateral izquierda y Bruno Valdez pasó a jugar como central por izquierda. Los duelos fueron claros desde el inicio. Paul Aguilar contra Martín Rodríguez. Y Vargas contra Édgar Méndez. A Felipe Mora lo tomaban Edson, Pablo y Bruno, según la zona que pisara. Pero los defensivos también estuvieron al pendiente de las acciones en las que Julio César Domínguez y Gerardo Flores se agregaban por las bandas.
Méndez buscó explotar el costado de Vargas, lo desbordó en algunas ocasiones, pero el español no estuvo fino en el centro. A Rodríguez le ocurrió lo mismo; la mayoría de balones aéreos los ganaron Edson, Pablo y Bruno y cuando alguno de los defensivos se vio superado, como en los dos remates con la cabeza de Felipe Mora, fue Marchesín el que brilló.
“Ante la adversidad con un
hombre menos y sobre el final con dos hombres menos pudimos mantener el cero que es lo importante”, valoró el portero.
La película fue la misma una y otra vez, los cambios con los que Paco Jémez refrescó su ataque al darle ingreso a Ángel Mena y Martín Cauteruccio demandaron más atención y la defensa amarilla no falló; aunque sobre el final del partido se dio la expulsión de Edson cuando el defensa frenó un avance de Cauteruccio que amenazaba con hacer daño, el zaguero lo detuvo y vio la segunda amarilla al 88’.
Después de 95 minutos, América no recibió daño. El cuadro de Coapa sigue sin encontrar una versión convincente, es un equipo que sobrevive en esta Liguilla gracias a su defensa y mañana tendrán otro examen, porque Cruz Azul está obligado a atacar. Por ahora, a América le alcanza con sobrevivir en defensa, pero la suerte puede cambiar de un momento a otro.