Todo para la vuelta
Tigres y Monterrey igualaron en la ida de la Final en la que padecieron las condiciones del clima; lo destacado, un error de Nahuel y un acierto de Enner
La final de ida entre Tigres y Monterrey se saldó con el empate a un gol. Sí, fue intenso y muy peleado el primer episodio, pero el futbol quedó corto y en gran medida por las pésimas condiciones meteorológicas que prevalecieron durante el juego, lluvia y aguanieve. Aún así, esta serie está en el aire, y aunque Rayados cerrará en su casa el próximo domingo, lo cierto es que Tigres bien puede salir con el triunfo en una serie que luce muy nivelada.
Y no pudo presentarse un clima tan irónico para este partido. Frío intenso, con una precipitación de aguanieve; sí, una temperatura tan baja para un juego tan pasional. Pero el clásico regio no se minimizó; al contrario, las aficiones de ambos equipos se hicieron sentir desde horas antes. Si en compromisos comunes de Liga arman su fiesta, ahora que tenían su Final soñada no podían fallar.
El escenario y el ambiente, como siempre sucede en el Volcán, eran excepcionales. Era turno de los equipos de responder a las expectativas, de plasmar un juego digno del líder y el sublíder de la tabla general.
Y el clásico regio comenzó intenso, pero impreciso, con dos equipos con ganas de imponer sus condiciones; sin embargo, tanto Monterrey como Tigres carecían de tranquilidad para armar mejor sus jugadas. Los primeros instantes transcurrieron con mucha lucha en la media cancha, sin avisos claros en las porterías.
Eran los típicos minutos de análisis y estudio, como si midieran sus fuerzas antes de atreverse a atacar, pero este lapso duró poco, apenas ocho minutos.
EL ERROR DE NAHUEL
Porque fue justamente en ese instante cuando Monterrey logró quebrar la paridad. En una jugada que parecía intrascendente, con Carlos Sánchez acorralado en una de las esquinas de la cancha, Luis Rodríguez le punteó la pelota, regalando el tiro de esquina. Dorlan Pabón cobró de inmediato, sin dar tiempo a que se acomodara bien la defensa de Tigres; el balón fue a primer poste donde apareció Nicolás Sánchez, quien peinó el balón.
Sí, es cierto que el esférico iba muy cerrado, pero no para que Nahuel Guzmán –con la enorme experiencia que acumula– lo metiera a su propia portería en el afán de detenerlo. Otra vez el portero de Tigres se hacía presente en una final por sus grandes pifias. Así lo ha hecho antes y así lo hizo ahora. Nadie duda que el argentino es un gran portero y que gracias a sus atajadas los felinos se coronaron en dos series de penales, pero también están sus errores, que de igual manera la han costado títulos a los suyos.
Tigres se ponía en desventaja, mientras que Rayados ganaba confianza, pero pronto afloró la experiencia de los felinos en este tipo de compromisos, no en balde han jugado tres finales consecutivas y cinco en los últimos seis años.
LA GENIALIDAD DE ENNER
Poco a poco los locales empezaron a sacudirse la presión de la Pandilla. Los de Tuca tomaron la posesión de la pelota e iniciaron a armar mejor sus jugadas. Aún no había una presión clara, pero la presencia era más y más evidente. Necesitaban igualar la serie antes de que Monterrey se asentara.
Fue al minuto 24, en un centro al área que Enner Valencia recibió la pelota ante la salida de Hugo González, pero antes de que el delantero pudiera definir, fue trabado por Rogelio Funes Mori. El silbante Jorge Isaac Rojas no lo dudó y marcó la pena máxima.
Era el momento para el ecuatoriano, quien pidió la pelota y la acomodó en el manchón penal. Tomó distancia y fusiló a Hugo González con un cobro a lo Panenka para colocar el 1-1 al 26’. Sangre fría para ejecutar así en un final.
Tigres mejoró con el empate, incluso pudo haber tomado la ventaja en una ofensiva que culminó con un disparo de André-Pierre Gignac que se fue por arriba.
NAD
En e nes enor agu Volc facto pos.