Politécnico recibe premio por estudiar hábitos alimenticios
Investiga los circuitos neuronales que regulan la ingesta excesiva
La Academia Mexicana de Ciencias otorgó el Premio a la Investigación 2017, en la categoría de Ciencias Naturales, a Ranier Gutiérrez, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) por estudiar hábitos alimenticios a nivel cerebral.
El científico realiza investigaciones que involucran el monitoreo a nivel neuronal, entre otros experimentos, a fin de encontrar nuevos blancos farmacológicos para el tratamiento de la obesidad, así se dio a la tarea de descubrir el funcionamiento de los circuitos neuronales que regulan el consumo excesivo de alimentos altamente palatables (grato al paladar), desde los procesos de percepción dulce hasta el control neuronal del apetito.
Este premio es el resultado de su trayectoria académica, en la que ha publicado 31 trabajos (27 en revistas internacionales) todos ellos en el campo del sistema y aprendizaje gustativo, conducta de ingesta y obesidad.
Estos trabajos se han publicado en las revistas internacionales Review Neuroscience, Neuron, Journal of Neuroscience y Journal of Neurophysiology.
El dirigente del Laboratorio de Neurobiología del Apetito del
Gana el galardón de la Academia Mexicana de Ciencias en la categoría de Ciencias Naturales
Cinvestav-IPN, Zacatenco, ha sido pionero en la implementación de diversas líneas de investigación, como el registro multielectrodo, optogenética.
Actualmente realiza pruebas con microendoscopios de epifluorescencia que, al implantarlo en el cerebro de ratones en libre movimiento, manipula y monitorea la actividad de poblaciones neuronales que inducen o suprimen la conducta de ingesta. Ranier Gutiérrez ha dedicado su vida a entender cuáles son las células cerebrales y dónde están las bases neuronales que nos hacen comer alimentos palatables. “Por ejemplo, se ha detectado y comprobado con animales de laboratorio que las neuronas gabaérgicas en el hipotálamo lateral están implicadas en el proceso de alimentación, mientras que la falta de apetito se presenta si se activan las neuronas llamadas MSND1, ubicadas en el núcleo accumbens”, agregó.
Ranier Gutiérrez implementó en México la técnica de optogenética, que implica el uso de ingeniería genética para hacer sensibles las neuronas a pulsos de luz azul, las cuales se activan a través de una fibra óptica.
Otro tipo de neuronas se encargan de normalizar el consumo de comida de manera homeostática (como las neuronas AGRP y POMC en el núcleo arcuato), que ponen un límite a la ingesta en cierto tiempo, por ejemplo, con el objetivo de no morir de hambre, ni para subir de peso.
Durante la investigación, Ranier Gutiérrez analizó las neuronas gabaérgicas y por medio de la técnica de optogenética logró controlarlas y provocar que los animales de experimentación comieran de manera indiscriminada azúcar, chocolate, croquetas de comida saludable o mordieran objetos e incluso movieran la boca en señal de ansiedad.
El neurocientífico explicó que el comportamiento sugiere que ese grupo de células podrían participar en las conductas de atracón, porque hicieron que el ratón saciado comiera muchas calorías en poco tiempo, a pesar de que su organismo no las necesitara.
Sin embargo, ahora el equipo de trabajo del ganador del Premio a la Investigación de la AMC está actualmente implementando la técnica de microendoscopios de epiflorescencia. Dicha técnica se compone de una pequeña cámara y un lente especial que se introduce en la cabeza del ratón, con el que los investigadores pueden observar la actividad neuronal en el cerebro.
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores comentó que el equipo del Cinvestav es el primero en México en usar estas herramientas para ver los cambios de la actividad en distintas neuronas implicadas en el proceso de alimentación.m