MÚSICA EN ESTADO DE ASOMBRO
No conozco a otro músico como Marcos Miranda: del arpa de boca al clarinete bajo, del salterio a la flauta ney, de la kalimba al saxofón soprano y muchos otros instrumentos, deambula de un género a otro sin perder su esencia. Sigue el dictado de Ornette Coleman, quien le dijo a Giorgio Gaslini: “Tú no haces jazz: haces la música de Giorgio Gaslini, y yo hago la música de Ornette”.
Marcos hace su música y busca cómplices para compartirla, lo mismo a dueto que en trío, cuarteto y otras formaciones. También ha cultivado el arte del instrumento solo en la desafiante caja de siete discos Exilio y las voces del soliloquio, donde registra música con diversos instrumentos, desde el sax soprano hasta el sax andino. Esta obra hace pensar en lo que dijo Glenn Gould: “El propósito del arte no es una expulsión momentánea de adrenalina, sino más bien la construcción gradual, de toda la vida, de un estado de asombro y serenidad”.
El viernes 15 de diciembre a las 20:00 en el Anfiteatro Simón Bolívar, como parte del Festival Aural, Miranda abrirá el concierto del saxofonista y flautista Roscoe Mitchell, a quien califica como “un músico fuera de serie, alguien que inventó un lenguaje nuevo, además de que fue una parte muy importante del Art Ensamble of Chicago, que, a mi modo de ver, fue el más grande quinteto de jazz”.
Su concierto abordará tres vertientes: “Voy a estar en el clarinete contralto o clarinete bajo con una improvisación libre contemporánea alrededor de la Suite para violonchelo número 5, de Bach. El otro aliento será el khen, de origen tailandés. No trataré de hacer música de esa cultura, sino un discurso mío de música contemporánea chilanga. Finalmente, tocaré el salterio, instrumento que ha estado conmigo a lo largo de varias décadas y en el que he realizado una investigación profunda”.
Miranda hace una música de autor, por recurrir a un término que mucho se usó en cine para decir que una película tiene la personalidad de su director: “Mi música no está casada con ninguna corriente estética, por eso presentaré tres comentarios sonoros sobre un planteamiento estético, que es mucho más abarcador de estilos, geografías y sonidos. He estado pensando mucho en que si la música tiene una secuencia lineal, también la tiene vertical, en el sentido de que futuro, presente y pasado existen al mismo tiempo. Yo prefiero pensar que la innovación se da a cada instante, en esta perspectiva de que presente, pasado y futuro conviven. De ahí el lema del Art Ensamble of Chicago: Ancient to the future”. m