Crean en Ecuador aparato que eliminará las jeringas
Un joven universitario de Ecuador inventó un aparato que puede poner fin al temor que las personas sienten por las agujas, así como al dolor constante de las personas con enfermedades que requieren de inyecciones todos los días.
El dispositivo, que fue bautizado Biobyte, carga el medicamento en cuestión para después enviar la sustancia que se desee a la piel por medio de ondas de ultrasonido, explicó su desarrollador Fidel Mena Nogales. “Lo que hace el ultrasonido, al estar en contacto con la piel, es permeabilizar el tejido, entonces podemos tener un canal de acceso hasta la zona subcutánea e ingresa al organismo”, detalló.
El estudiante de Mecatrónica de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) de Quito, detalló que el ultrasonido es totalmente inofensivo e imperceptible, por lo que su principal objetivo son las personas con enfermedades crónicas que requieren de inyecciones todos los días. “Está enfocado principalmente personas que lastimosamente tienen tratamientos o problemas muy largos. Pensamos mucho en un tratamiento sin dolor, que sea muy cómodo, muy seguro, que si yo quiero aplicar un medicamento lo coloco sobre la piel, oprimo un botón y empieza a ingresar”.
Mena Nogales confesó que la idea nació al revisar los estudios sobre enfermedades crónicas, los cuales señalan que dichos Biobyte padecimientos se encuentran en primer lugar de la tasa de mortalidad a escala mundial. “Somos un grupo de amigos que nos inspiramos en la ciencia ficción, queremos encontrar tecnologías que se apliquen a la realidad, por eso pensamos en esto, en desarrollar un prototipo que nos permita aplicar un medicamento de forma no invasiva”, recalcó.
El ecuatoriano recibió 40 mil dólares del canal History, el cual realizó una competencia donde obtuvo el segundo lugar, para continuar con el desarrollo del dispositivo y así poder certificarlo como producto. “Se trata de que las personas sepan que nosotros trabajaremos para que en sus dolencias tengan opciones de tratamiento sin dolor, que sean imperceptibles”, concluyó. m