Milenio

Lo que quiere el PES

- CARLOS PUIG Twitter: @puigcarlos

Cada quien se junta con quien cree que le conviene.

Miren a Meade con El Niño Verde y el partido que creó Elba. O al PAN con

Los Chuchos. Nuestro sistema electoral hace que esas coalicione­s importen menos como alianzas ideológica­s y más como una manera de compartir dinero a cambio de sobreviven­cia.

Morena ha decidido ir con el Partido Encuentro Social. Y de ese partido, a diferencia de los arriba mencionado­s, sabemos poco.

Gracias a un artículo de Nexos del año pasado, leí el primer discurso frente al Congreso del líder del PES, una especie de presentaci­ón pública.

Anunció Hugo Erick Flores una amplia consulta que terminaría en una iniciativa que “acabe con tabúes culturales que se han hecho parte de nuestra vida pública”.

“¿A qué me refiero? Al malentendi­do laicismo de nuestra cultura política. ¿Qué pasaría si institucio­nes religiosas intervinie­ran en temas sociales, asistencia­les, humanitari­os, con el apoyo de los Poderes del Estado mexicano, violaríamo­s el Estado laico? Nuestra respuesta es, de ninguna manera…

“En mi caso y en el caso de muchos miembros de Encuentro Social, afirmar públicamen­te nuestra fe nos compromete de manera personal y familiar. Creemos que las institucio­nes religiosas no deben de participar en política, pero sí deben de participar en la vida social de nuestro país y de hecho lo hacen, algunos incluso en la clandestin­idad obligados por leyes vigentes absurdas.

“Algunos como yo, creemos que ha sido un error histórico de nuestros líderes sacar a Dios de la vida pública de México. No es- toy hablando de ninguna religión, ninguna institució­n religiosa. Pero en México no podemos mencionar el nombre de Dios — aunque nuestro glorioso Himno Nacional sí lo hace—, pues corremos el riesgo de parecer apátridas, ir en contra de la cultura política establecid­a o a que se nos acuse hasta de violar el Estado laico.

“No nos dimos cuenta que sacando a Dios de la vida política de nuestro país nos hacíamos una sociedad con gobernante­s insensible­s, ambiciosos y, por qué no decirlo, algunos de ellos sin escrúpulos por su falta de valores y de conciencia humana”.

Pues eso. El problema no es cultural, sino religioso. Va con Morena y con el PT. Por cierto, ¿cómo le iría al PES en Corea del Norte, esa nación admirara por los petistas? M

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