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no constituyen una moneda de curso legal en México y no son divisas, por lo que su aceptación como medio de pago no se puede anticipar con absoluta certeza; además, han mostrado alta volatilidad, debido a su propia naturaleza, por lo que son objeto de amplia actividad especulativa.
Las autoridades señalaron que quien decida invertir en una ICO debe ser un inversionista con alta experiencia, considerar que son inversiones de alto riesgo y con posibilidades de tener pérdidas hasta por el total de la inversión, además de que es necesario estar atentos a señales o indicios de fraude de este tipo de productos.
Abundaron en que con el objetivo de establecer un marco jurídico sólido, ya se encuentra en discusión en el Congreso la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (ley fintech).
A través de una ICO, una empresa o individuo recauda fondos del público para financiar proyectos generalmente relacionados con la emisión de un nuevo activo virtual, o bien, para el desarrollo de
Con el fin de establecer un marco jurídico sólido, ya se discute en el Congreso la ley
plataformas digitales para realizar transacciones de diversos tipos.
Como parte de esos esquemas, la empresa o individuo emite y vende, a cambio de moneda de curso legal o activos virtuales, un activo virtual futuro u otros constituidos como unidades de información, denominados fichas virtuales o tokens, haciendo uso de la tecnología que da vida a los activos virtuales, popularmente conocida como cadena de bloques o blockchain.
Dependiendo del esquema de financiamiento, los tokens pueden ofrecer el derecho de acceso a operar en una plataforma a desarrollar, la adquisición de la propiedad de los nuevos activos virtuales, o inclusive, representar la propiedad de bienes de alto valor. m