AMLO y el plato de lentejas
De cinco posibles candidatos presi- denciales el próximo año, cinco son católicos. Todos profesan su fe de manera abierta, varios incluso al grado de sobreponerla a la Constitución.
De ocho partidos que postularán candidato, tres dicen ser de izquierda. Pero han subsumido la ideología a lo pragmático. Dos por sobrevivir a costa del erario —PRD y PT— y el otro, Morena, por arrebatar unos cuantos puntos porcentuales que podrían otorgarle la Presidencia.
Los casos del PRD y el PT no son nuevos. Ambos llevan lustros malbaratando su agenda por hacerse de escaños y prerrogativas. El PRD es desde hace años satélite del PAN, y el PT satélite de quien se deje. Tan ridículo este último que nadie se toma su ideología en serio: su supuesta adoración por Corea del Norte no lo ha descalificado de ninguna alianza hasta ahora.
El caso de Morena es más reciente, pero tampoco sorpresivo. El partido de Andrés Manuel López Obrador, que se presenta como la única alternativa de izquierda, es solo otra alternativa conservadora.
Ya en 2012 había dado visos: en ese entonces propuso a la Iglesia que el aborto y el matrimonio igualitario se sometieran a consulta popular. Entiéndase: que un sector de la población perdiera derechos con tal de hacer feliz al clero.
En 2017 no solo confirmó esta visión, sino que la hizo más clara. Por ello es que el Partido Encuentro Social, la derecha más recalcitrante, acaba de firmar gustoso una alianza con Morena y PT. Y cómo no, si aparte se sacó la lotería: recibió 25 por ciento de las candidaturas por aportar 3% de votación.
Ahora Morena hace maromas para justificarse. Que la alianza es estratégica, no ideológica. Y puede ser. Pero esa estrategia conlleva el crecimiento exponencial de un partido que piensa que mujeres y homosexuales son inferiores. Abrirle la puerta a un grupo así es todo menos de izquierda.
En la boleta de 2018 solo habrá candidatos conservadores. Algunos incluso dispuestos hasta a vender los derechos de las minorías a cambio de un plato de lentejas. M