Desde La Estrella de la Muerte os saludan

No tengo la certeza jurídica pero dada su naturaleza humanista, si Darth Vader viviera, con la ley de seguridad interior estuviera, y al senador terminator, Roberto Gil Zuarth de los RBD’s del PAN, que hizo una enorme imitación de Gamboa Patrón y de Camacho Quiroz (capaz de convertir el término “puto” en “bruto” en un acadabrante y muy trumpista juego de fake news) defendiendo como perro no al peso sino a la ley Cienfuegos, sin duda lo nombraría su Conde Doku. Desde que un día reconoció que su más acariciado sueño infantil era ser como Jelipillo Calderón (algo que ni Margarita ni Navalú ni nadie se hubiera atrevido a decir en público), aparentemente no cejó nunca en su empeño hasta lograrlo con notas sobresalientes.

Todavía escucho sus encendidas e interminables peroratas en todo foro donde con una capacidad de merolico que solo puede competir con la de Ricky Ricón Anaya (sus admiradores dicen que es muy articulado e inteligente, pero qué manera de citar mal a José Zorrilla, casi tan chafa como los que han venido destruyendo su obra con el Don Juan Tenorio cómico), impidiendo a toda costa que cualquiera de sus interlocutores pudiera meter una réplica o un comentario. Y si alguien conseguía siquiera insinuar que ese documento era portador de cuando menos tres artículos con duda razonable incluidas, elevaba el tono para quedar como Javidú cuando negaba haber merecido ningún tipo de abundancia.

Según él, la ley de seguridad interior prácticamente merecería que cada vez que fuera enunciada se tocara “La Marsellesa”. Ni López Porpillo fue tan enfático cuando anunció que era responsable del timón pero no de la tormenta. Y hay que creerle que esta respetabilísima ley no tiene nada que ver con la Ley del Talión ni la de Herodes solo porque como miembro honorario de la bancada tricolor ya trae su uniforme de Mambrú que se fue a la guerra.

Es increíble que haya quienes puedan creer todavía que todo esto esconde en su interior el huevo de la serpiente. Imposible. No solo estamos a un grado de ser, económica, financiera y socialmente hablando como Suiza, sino que en muy poco tiempo, gracias a las reformas estructureichons, solo harán falta soldados para los desfiles.

Los stormtroopers pueden estar contentos, listos para la acción, igual que a los que nos gusta el olor del napalm por la mañana.

Lo bueno es que los diputeibols del PRI tienen una nueva ley mordaza que aplaudirían en La Estrella de la Muerte. M