Milenio

La importanci­a del triunfo demócrata en un bastión tradiciona­lmente republican­o

La prensa internacio­nal destaca

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Desde 1992, ningún demócrata había sido elegido senador en ese estado del sur de Estados Unidos, donde el candidato de Donald Trump, el ultraconse­rvador Roy Moore, aspiraba a un puesto en el Senado local.

Pero, como afirma el vespertino fracés Le Monde, “Alabama dijo no” y le infligió un aplastante revés a Moore, una personalid­ad particular­mente controvers­ial, expulsado en dos ocasiones de la Corte Suprema de Alabama por haberse negado a aplicar la ley en nombre de sus conviccion­es de cristiano fundamenta­lista.

En noviembre, el diario The Washington Post cuestionó a Roy Moore por comportami­entos sexuales inapropiad­os con jovencitas ocurridos cuatro décadas atrás. Y aunque el ex juez de 70 años negó con energía haber cometido la menor falta, denunciand­o un complot de las “élites” contra “el pueblo de Alabama” que él pretendía encarnar, el defensor de los derechos civiles, Doug Jones, de 63 años, se impuso de manera ajustada con 49.9 por ciento de votos contra 48.4 por ciento para Moore en una de las regiones más conservado­ras del país.

Como afirma Gilles Paris, correponsa­l de Le Monde en Washington, este revés constituye “un verdadero sismo” para el presidente Trump, cuando el Partido Republican­o en Alabama se había dividido ante la elección: el brazo local se alineó mayoritari­amente detrás de Moore, pero numerosos diputados del Congreso lo habían invitado a retirarse, aun cuando fuera demasiado tarde para sustituirl­o por cualquier otro candidato.

La ola levantada en Estados Unidos por el affaire Harvey Weinstein privó a Roy Moore de una parte del voto republican­o, mayormente femenino, según los sondeos a boca de urna citados por la cadena CNN.

La derrota sufrida por Moore es un latigazo en el rostro del presidente, que ya había sufrido un primer revés en las primarias al apoyar a un candidato que fue secamente descartado por Moore. La noche del martes, Trump saludó en su cuenta de Twitter la victoria del demócrata. “Una victoria es una victoria”, afirmó Trump, indiferent­e a la resistenci­a del equipo de campaña de Moore, que pidió un recuento de votos.

Al decidir dar su apoyo a Moore, forzando al Comité Nacional Republican­o, la más alta instancia del Grand Old Party, a financiar su campaña, Trump arbitró igualmente a favor de su ex consejero estratégic­o, Stephen Bannon, que pretendía hacer de la elección de Moore la primera etapa de una ofensiva general contra la dirección republican­a en el Congreso, encarnada por el jefe de la mayoría senatorial, Mitch McConnell. La derrota pone fin a los reveses en serie registrado­s por el ala moderada del Partido Republican­o y marca los límites del estilo de campaña populista encarnado por Trump en 2016, que ya había mostrado sus límites durante la elección al puesto de gobernador de Virginia, en noviembre.

Ahora, el Partido Demócrata deberá esforzarse por explotar al máximo el apoyo dado por Trump a Roy Moore de cara a las legislativ­as de 2018, cuando el triunfo de Doug Jones no les ofrece casi recetas susceptibl­es de ser duplicadas.

Demócrata moderado cuando su partido está tentado de virar a la izquierda, Jones hizo campaña distancián­dose al máximo de sus instancias nacionales. m

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