GUERRERO
¡Bienvenidos a otro año de comerciales para promocionar a los partidos políticos! ¡Esta vez vamos a tener 497, 760 horas de diversión! Son tantos que si se dedicara a verlos de principio a fin, le tomaría 56 años de su vida. ¡Qué maravilla! Esperamos que
5.- El ¡Cómo olvidar cuando los estrategas políticos toman canciones de moda y les cambian la letra! Aunque estamos segurísimos de que pagan derechos a las respectivas disqueras, ¿verdad? Como Alejandro Tarek, que cantaba la de “Happy”, de Pharrel Williams. No hay nada que estimule más la mano del votante a la hora de tachar la boleta que un bailecito perrón. Estamos ansiosos por ver coreografías como la de “El serrucho”, que promovió Raúl García Ruiz, candidato del PAN en Ciudad Juárez. 3.- Fuego y ternura, que perdura En nuestros corazones quedó para siempre la abuelita Coco, perdón, Elena Poniatowska cuando pidió a los políticos que dejen en paz al Señor López con aquella frase legendaria de “no calumnien”. ¡Ay, abueee! 2.- La siempre confiable guerra sucia Si todo falla, basta con sacar los trapitos sucios del contrincante: frases fuera de contexto, sus borracheras, sus líos con la justicia, las propiedades que tiene en el extranjero. ¡No importa que no sea cierto! Ya luego se pagan las multas correspondientes, lo importante es hacer un cochinero. 1.- ¡Que hablen las estrellas! Para identificarse con la gente, qué mejor que contratar a la pléyade de luminarias de las televisoras para esparcir el mensaje político entre el pueblo. El Partido Verde ya lo hizo, pero en estos tiempos de influencers tal vez sea mejor contratar al Escorpión Dorado o a Chumel.