A la mexicana
A pesar de que comparten el mismo nombre, existen grandes diferencias entre el draft que practica la Liga Mx dos veces por año y el de la NFL, que resulta además un éxito mediático
l Draft de la NFL me parece el evento deportivo más espectacular a nivel mundial. La estrategia que conlleva, junto con su repercusión mediática y en el campo son apasionantes para quienes nos gusta analizar el ingrediente humano de un plantel.
El reclutamiento colegial de la NFL tiene un componente competitivo muy interesante al equiparar fuerzas cada año, a través de asignar el orden de las selecciones de manera inversa a la posición final en la tabla y en la postemporada.
Las dos primeras selecciones del draft de 2011 fueron Cam Newton y Von Miller. Jugadores que en la temporada 2015 se enfrentaron en el Supertazón de San Francisco. En aquel partido, Von Miller fue nombrado jugador más valioso y Cam Newton fue el MVP de la Liga durante la temporada. Este domingo recién se enfrentaron las dos primeras selecciones del draft de 2016. Jared Goff y Carson Wentz protagonizaron lo que las cadenas de televisión promocionaron como el partido de la semana, debido al buen momento de ambos equipos, y estos mariscales de campo.
Nuestro draft es otra historia. No es un reclutamiento colegial, ya que no tenemos el semillero universitario de Norteamérica. Tampoco es un sistema que equilibre fuerzas. Quizá solo es una forma muy americana de nombrar al mercado de piernas que se monto en el futbol Mexicano desde 1990. Aquella gran reunión de directivos y desfile de futbolistas buscando una oportunidad en el Caribe.
El draft que recién concluyo ya no tiene el atractivo de antes. La columna de Rafael Ocampo ayer en La Afición describió perfecto este mercado de piernas: Se negoció poco y no hubo grandes contrataciones.
Me parece extraño que los equipos estén cómodos con un periodo tan corto para fichar a jugadores que militan en la Liga Mx. También me parece injusto para estos mismos jugadores tener una ventana de tiempo tan corta para encontrar un nuevo destino que les permita más minutos ó más ingresos.
Es probable que la respuesta sea la regla 9/9. Esta apertura permite a los clubes ya no depender solamente de los jugadores nacionales o de aquellos que ya militen en la Liga Mx.
Por ello, los equipos sudamericanos se han convertido en proveedores aun más importantes para el futbol mexicano.
El mayor perjudicado por estas medidas es el futbolista mexicano. Se puede argumentar que el nivel es mayor o menor con una mayor cantidad de extranjeros, pero lo que no se puede discutir es que hay menos oportunidades para los jugadores formados en México, los cuales de por sí ya estaban acotados con el Pacto de Caballeros.
Las consecuencias en Selección Nacional de la Copa Libertadores que nos hemos montado en territorio nacional con vuelos domésticos pudieran verse dentro de unos años. Hay alguna esperanza en el ejemplo de España ganando la Copa del Mundo en Sudáfrica, un título conseguido pese a la gran cantidad de extranjeros que militan en los equipos de la Liga ibérica.
Sin embargo, no hay que olvidar que ese mundial lo gano la selección catalana reforzada por David Villa (fichado ese mismo verano por el Barça) e Íker Casillas. Además, el mérito táctico de ese equipo no era de un Del Bosque, quien nunca ha sido reconocido como un gran estratega, sino como un buen líder para equipos plagados de estrellas como aquellos Galácticos. Esa Furia Roja era en realidad un espejo del histórico equipo blaugrana de Josep Guardiola.
Vaya diferencia la que hay entre los dos drafts. Insisto en que la Liga Mx necesita evolucionar para seguir vigente y el draft (tal como las audiencias en fase regular) es uno de esos factores cuyo poco impacto sugiere la necesidad de una renovación.