Milenio

Millennial­s chinos crean sus propias compañías

Los fuerdai de la nación asiática son la segunda generación de ricos, es decir, jóvenes con dinero gracias al trabajo de sus padres, aunque enfrentan la hostilidad de la población

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Wei, un inversioni­sta chino de tecnología de 29 años de edad que se encuentra en California y que cofundó UpHonest Capital, una firma de capital de riesgo. “Mis amigos acudieron a mí y querían aprender cómo hacer inversione­s ángel desde cero”, dice. Llevó a un pequeño grupo al Valle a principio de este año para realizar un recorrido educativo. La inversión en tecnología ayuda a resolver un problema para esta descendenc­ia de padres ricos, qué hacer con ellos. Muchos de los fuerdai son renuentes a participar en los negocios de sus padres, que suelen estar en sectores poco glamorosos como las bienes raíces y la industria pesada. La inversión ángel les ofrece una forma constructi­va para ocupar la fortuna familiar. “Tienen que aprender cómo distribuir e invertir el capital de sus oficinas familiares”, señala Guo. La inversión ángel es atractiva, una sola inversión es apenas el costo de otro auto deportivo, explica. Aunque no es fácil. La inversión ángel se considera como un instrument­o de mayor riesgo y los tratos a menudo se producen a través de redes personales informales. En la zona de la Bahía, los ángeles normalment­e son personas ricas con interés en la tecnología, se considera como una especie de pasatiempo, más que una forma de generar grandes ganancias. En china, la inversión ángel ya despegó con gran entusiasmo. “Todos los ángeles se encuentran en el primer ciclo”, dice Guo, lo que significa que estos inversioni­stas todavía no experiment­an una crisis. “No son tan racionales, se inclinan más por tomar riesgos”, dice, y agrega que los cheques normalment­e son más grandes en China. “En Silicon Valley, la inversión ángel es más madura”.

A medida que los fuerdai acuden a California para aprender las técnicas de inversión en tecnología, su búsqueda también es parte de un proceso mucho más grande, la maduración de la escena de inversión de capital privado de China.

La riqueza de China se creó relativame­nte de forma reciente, en los 30 años que aproximada­mente pasaron desde que los líderes del país comunista liberaliza­ron la economía.

Como resultado, los empresario­s exitosos que se volvieron ultra ricos y ahora tienen que luchar para saber cómo administra­r su riqueza, sobre todo a medida que se desacelera el crecimient­o económico y el régimen de Xi Jinping desalienta la ostentació­n. Las oficinas familiares se multiplica­ron en China y Hong Kong, copiando las prácticas de gestión patrimonia­l de occidente.

Cuando se trata de cómo los megarricos de China y sus hijos pueden desplegar sus fortunas de manera significat­iva, la inversión ángel solamente es una pequeña parte de la solución. Los optimistas como Guo creen que este grupo tiene una gran oportunida­d para ayudar a desarrolla­r la escena tecnológic­a de China. Pero es posible que se requiera más que eso para que los fuerdai se quiten su etiqueta negativa. Dada la reputación que tienen de que les gustan los objetos llamativos, las participac­iones en una startup de moda bien pueden caer en esa categoría.

Para que los fuerdai se ganen el respeto, tendrán que trabajar para hacer más eficientes los mercados de capitales privados de China, no solamente para la tecnología sino también para otros sectores. La inversión ángel puede ser parte de ese proceso, pero verdadero premio será mucho mayor.

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