Solo 2 campeones más

A sus 78 años, Ignacio Beristáin se impuso otra meta antes de decir que logró todo en el boxeo; ahora, quiere llegar a los 30 monarcas de por vida

El haber compartido esquina con peleadores como Miguel Román, Daniel Zaragoza, Ricardo López, Julio César Chávez y Juan Manuel Márquez no es suficiente, el entrenador Ignacio Beristáin quiere más. Busca llegar a los 30 campeones antes de poder pensar en decir adiós.

“Tengo la ilusión de completar los 30 campeones. Llevo 28 y no he reparado en detenerme. He trabajado mucho para seguir alimentando esa ilusión. Por eso no soy un entrenador exclusivo”, dijo el mexicano, segundo en la historia, que ingresó a las filas del Salón de la Fama de Nueva York en 2011, clase en la que entraron Julio César Chávez, Mike Tyson y Sylvester Stallone.

Con la satisfacción de alzarse como uno de los más prolíficos en el boxeo mexicano moderno, el veracruzano asegura que dentro de los jóvenes que hay en el gimnasio Romanza ve potencial, por lo que no descartaría llegar a la meta en un año o año y medio.

“Poder encontrar a un campeón es complicado, pero con el tiempo el ojo se te educa. Yo disfruto mucho de estar en el gimnasio y poder trabajar con cualquier tipo de peleador, desde los que empiezan hasta los que ya son campeones”, declaró.

Ahora al trabajo que ha realizado con campeones como Humberto González, Víctor Rabanales, Jorge Arce y hasta con Óscar de la Hoya, Beristáin ha sumado el boxeo femenil con Jessica Chávez, quien se mantiene como monarca reinante desde 2015.

“Uno debe estar enfocado en el trabajo, a todos les doy su tiempo. Si están aquí conmigo, uno tiene la obligación de trabajar con ellos, pero sin descuidar al resto de los peleadores”, agregó el entrenador, quien por ahora trabaja junto con el monarca Rey Vargas, dueño de la corona supergallo del CMB e invicto en 31 encuentros y con quien ha tenido fricciones pues éste le pide exclusividad.

Para evitar conflictos, Beristáin estaría dispuesto a dejar ir al campeón para que haga lo que considere mejor en su carrera, pero si se queda, lo condicionaría.

“A veces uno ya no da más. Por lo único que yo seguiría con él es si se compromete a seguir viniendo al Romanza. Lo que él no entiende es que yo tengo promesas y ahí va mi sueño de por medio”, finalizó.