Frío y hambre ponen en jaque a 5 mil indígenas desplazados
Alertan que grupos están obteniendo armas, por lo que urge su contención y su desarme
El conflicto agrario territorial entre los municpios de Chalchihuitán y Chenalhó, en Chiapas, ha hecho que más de 5 mil personas de la zona indígena tzotzil hayan abandonado sus hogares y sus parcelas. Marcelo Pérez, párroco de Simojovel, aseguró que en diferentes campamentos de desplazados, alrededor de la cabecera de Chalchihuitán, el hambre y el frío provocaron la muerte de nueve personas, entre ellos, cuatro niños.
El gobierno de Chiapas informó que no cuenta con reporte de víctimas, ya que en el último dato del registro civil municipal no hay ningún acta de defunción.
El 13 de diciembre el Tribunal Unitario Agrario dictó un fallo a favor de Chenalhó, lugar en que cerca de 400 hectáreas en disputa pasarán a manos de esos pobladores; sin embargo, los de Chalchihuitán impugnarán el fallo.
Esta postura puede desencadenar más conflictos entre los pobladores, por lo que urgen al gobierno federal y estatal a resolver la disputa.
En tanto, los desplazados aseguran que no regresarán por temor a que grupos armados los agredan, por lo cual continuarán quedándose en los campamentos. La arquidiócesis de México aseguró que el sureste mexicano “es un foco rojo encendido” y requiere la atención inmediata, porque las cosas empeoran con los desplazados en Chiapas.
Ahí, la diócesis de San Cristóbal denunció que grupos ilegales “están obteniendo más armas y aumentan sus amenazas. Es imprescindible su contención, desarme y procesamiento para garantizar la desactivación de las causales del desplazamiento”.
El semanario Desde la fe, en su editorial “Chiapas desastre humanitario”, señala que se han hecho propuestas, pero “esto parece aplazarse cuando Chiapas comienza el proceso electoral para renovar el cargo de gobernador el año entrante”.
En tanto, varias organizaciones civiles expresaron que la sentencia emitida por el Tribunal Unitario Agrario es “ambigua” e intenta mantener a salvo los derechos de las comunidades agrarias de Chenalhó y Chalchihuitán. “En realidad favorece absolutamente a la primera, y con ello encubre y alienta a los ilegítimos intereses de la delincuencia organizada, misma que, a través de la documentada acción impune de grupos armados de corte paramilitar, ha obligado al inhumano desplazamiento de miles de indígenas”. m