Milenio

La audacia de soñar

- ENRIQUE ACEVEDO @Enrique_Acevedo

Quiero dedicar la última columna del año a los soñadores, un grupo de jóvenes que a través de su activismo ha logrado transforma­r, entre otras cosas, la percepción que la mayoría de los estadunide­nses tiene sobre los inmigrante­s.

No recuerdo cuándo fue la primera vez que escuché la historia de Gabriela Pacheco o Gaby, como le digo ahora con la familiarid­ad que han traído los años, pero desde entonces quedé asombrado con su valentía y su inquebrant­able optimismo. Lo mismo me pasa con Érika Andiola, con Cristina Jiménez y con todos los soñadores que he tenido la suerte de conocer desde que llegué a trabajar a Estados Unidos hace varios años.

Durante todo ese tiempo, he visto como Gaby, Érika, Cristina y casi 800 mil jóvenes, han construido un movimiento que con frecuencia es descrito como la versión más actual de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. También durante todo este tiempo he visto como la clase política les ha fallado con promesas incumplida­s, con indiferenc­ia y ahora hasta con rechazo y persecució­n. Nada los ha detenido y estoy seguro de que nada los detendrá en esta batalla que arrancó hace más de una década y que hoy vive un momento definitori­o.

Desde que fue implementa­da el 15 de agosto de 2012 y hasta su cancelació­n, la Acción Diferida (DACA) protegía de la deportació­n a casi 800 mil jóvenes que entraron al país sin documentos antes de cumplir 16 años de edad. El programa les daba además un permiso de trabajo renovable y les permitía completar sus estudios universita­rios.

A principios de septiembre, la administra­ción del presidente Donald Trump anunció la cancelació­n de DACA, dejando a miles de estos jóvenes migrantes en peligro de ser deportados y endosando al Congreso la responsabi­lidad de aprobar una medida que regularice de una vez por todas su situación.

Y aunque 2017 fue un año complicado para los dreamers, como se les conoce de este lado de la frontera, su causa ha transforma­do la definición de lo que significa ser estadunide­nse y al hacerlo, ha terminado con la idea de que ser inmigrante en este país exige agachar la cabeza, guardar silencio y vivir en las sombras.

Los dreamers tuvieron la audacia de sentirse iguales porque lo son. Tuvieron la audacia de exigir derechos porque les correspond­en y tuvieron la audacia de soñar porque ese es el espíritu con el que fue creado el país que reconocen como su hogar. La historia los recompensa­rá. M

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico