“AY JALISCO NO TE RAJES... Y JUNTOS VAMOS A GANAR!”
El aspirante presidencial convivió con militantes en Guadalajara, quienes lo ovacionaron en todo momento
No, no era la portentosa voz de Jorge Negrete ni la popular entonación de Vicente Fernández, era José Antonio Meade clamando a las bases priistas: “¡Ay Jalisco, no te rajes... y juntos vamos a ganar!”.
En su décimo día de actividades de precampaña, el abanderado de PRI-Verde-Panal visitó Guadalajara. Comenzó sus actividades con la tradicional sopa de médula con verdolagas en las carnes asadas de las Hermanas Coraje.
Ahí estuvo acompañado de su esposa, Juana Cuevas; el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, y el aspirante a suplirlo, Miguel Castro, entre otros priistas.
Mientras, en el Parque Trasloma, lugar donde se realizan conciertos y eventos sociales, las fuerzas vivas del PRI se hacían presentes. Cuquita, quien se definió como “la más priista de las priistas”, improvisaba porras para Meade, las cuales eran bien recibidas por los presentes: “One, two, three… nadie le ganará a Meade ni tomando Chocomilk”.
Y cuando el ánimo bajaba, los retaba: “Apláudanle a nuestro candidato, cabrones. ¿O son de otros partidos?”.
Meade llegó al lugar de la mano de su esposa y acompañado por el aspirante al gobierno del estado, Miguel Castro, quien fue el primero en tomar la palabra y comenzar las críticas contra los 18 años que gobernó el PAN la entidad.
El ex secretario de Desarrollo Social de Jalisco recordó una postal de Meade que, a decir de él, así será el Meade presidente.
“Hace algunos años, en 2015, cuando recorríamos la región de la Costa Sur por las afectaciones del huracán Patricia, visité con el entonces secretario de Desarrollo Social cada ranchería, municipio, pueblo. No le importaban el lodo, la tierra, siempre iba con una sonrisa, con una mano amable.
“La mejor imagen que tengo era cuando estábamos en el Rebalsito, una localidad de 30 familias, se comprometió a visitar cada una. La última estaba como a kilómetro y medio y hasta allá llegó y se sentó a platicar con Lupita, una señora de la tercera edad con la que se comprometió a resolverle un problema, y tiempo después vimos que lo solucionó”.
La anécdota fue ovacionada por los presentes, incluso sonrojó a Meade, quien se refufugió en el hombro y la mano de su mujer para cubrir el rubor.
En su turno al micrófono, Meade agradeció el gesto de Castro y en su mente visualizó otra imagen, una que podría existir en los próximos meses: “Defenderemos la vocación de triunfo en Jalisco, caminando con Miguel Castro, haciendo equipo, mandemos la señal de que en Jalisco y en todo el país vamos a ganar”. m