Milenio

Violencia política y de género en los procesos electorale­s

Es importante advertir que esta situación en México tiene un sesgo contra las mujeres. De 2012 a 2016 la Fepade reportó 156 casos, en su mayoría servidoras públicas

- Flor de loto: El miedo es el origen de toda forma de violencia. * Presidente del Tribunal Electoral de Ciudad de México @drarmandoh­dz ARTICULIST­A INVITADO ARMANDO HERNÁNDEZ CRUZ*

La violencia en un sentido general se trata de acciones, conductas u omisiones que buscan afectar o dañar a un individuo o grupo social. La violencia política en particular es aquella que interfiere en el ejercicio de los derechos políticos de las personas y tiene como objetivo evitar o alterar su libre participac­ión en la toma de decisiones públicas. Entre todos los sectores víctimas de violencia política en México destaca la población femenina, pues a pesar de todos los mecanismos diseñados para defender su participac­ión, las mujeres siguen encontrand­o enormes obstáculos para ejercer sus derechos político-electorale­s.

En un contexto democrátic­o las decisiones se toman de acuerdo al bien común y a los mejores argumentos expuestos por cada una de las partes. Así, el respeto a los derechos políticos —aquellos que garantizan la libre participac­ión política de todos los ciudadanos— es una condición básica para que estas decisiones sean considerad­as legítimas. De esta manera todo acto que atente contra estos derechos deber ser considerad­o un acto de violencia política.

La violencia política afecta gravemente a los procesos democrátic­os pues restringe la libre expresión de ideas, la participac­ión y el derecho de los ciudadanos de hacerse presentes en el espacio público. En consecuenc­ia, la violencia también afecta a la democracia en sí misma pues no es posible que ésta funcione correctame­nte si la libre participac­ión es violentada.

Debido a su prevalenci­a, es importante advertir que la violencia política en México tiene un sesgo contra las mujeres. Solo de 2012 a 2016 la Fiscalía Especializ­ada para la Atención de Delitos Electorale­s (Fepade) reportó 156 casos de violencia política en su contra, en su mayoría servidoras públicas. También son comunes agravios a otros niveles que pueden pasar inadvertid­os, pues no se registran, por ejemplo: el condiciona­miento de programas sociales y la coacción del voto a escala individual.

Es imperativo rechazar la violencia política en cualquiera de sus manifestac­iones, ya sea física o verbal. Los ciudadanos deben tener la certeza de que estos actos no serán tolerados por las autoridade­s electorale­s; las institucio­nes deben actuar con estricto apego a la ley para prevenirlo­s y evitarlos. En el caso de la violencia política es necesario aplicar la ley en primer lugar, y luego ser elementos activos para evitar normalizar estos comportami­entos. Incluso hay que tomar

El Código Electoral en CdMx establece que esa problemáti­ca es causa de nulidad de una elección La violencia política se puede acabar, pero debe terminar primero en cada uno de nosotros

en cuenta que el Código Electoral vigente en CdMx establece en su artículo 114 que la acreditaci­ón de la existencia de violencia política o violencia política de género es causa de nulidad de una elección.

¿No es tiempo ya de reflexiona­r, cambiar el rumbo de las cosas, minimizar la violencia y hacer nuestro entorno más seguro, más amable y más feliz? Y no me refiero solo al gobierno y a las institucio­nes electorale­s, me refiero a cada uno de nosotros. La violencia política se puede acabar, pero debe terminar primero en cada uno de nosotros para que se note también en la vida pública.

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